ALEGRÍA, de Manuel Vilas


Hoy hace un mes que recibí un regalo literario. No se trataba de un formato al uso, como correspondería en un “Día del Libro” en el que se frecuentan animadas ferias y se sale de ellas ufano, habiendo hojeado innumerables volúmenes hasta encontrar el del potente imán.  

Alegría 

El pasado 23 de abril 2020 no se podía celebrar el anhelado encuentro entre lectores, libreros y escritores. El estado de alarma por la Covid-19 continuaba, siendo la Cultura otro de los sectores económicos afectados.

Y entonces mi compañero docente, Eduardo Salas, me envió por WhatsApp un archivo en pdf con el nombre de “Alegría”. La verdad es que ya su título me atraía y máxime en esta época de tanta tristeza en muchos hogares. De modo que pausé la lectura del “Libro del Desasosiego” de Fernando Pessoa y comencé a leer esta novela finalista del Premio Planeta 2019.



Manuel Vilas 
Su autor es Manuel Vilas (Barbastro, 1962) quien nos hace un retrato de familia donde predomina el eterno recuerdo a sus padres ya fallecidos. El escritor utiliza guiños intimistas para referirse a sus seres queridos eligiendo nombres de la historia de la música. Su padre será Bach; su madre, Wagner; su hijo mayor, Bra (Brahms); su hijo menor, Valdi (Vivaldi) y su actual mujer, Mo (Mozart).  Los cambiará posteriormente por el de famosos actores, como Cary Grant y Ava Gardner. 

Manuel Vilas comparte en esta novela epistolares reflexiones, la mayoría fruto de sus estancias en hoteles. Confiesa, a sus 56 años, no haber sabido cuidar a nadie y escribir a la búsqueda de un perdón imaginario. Destaca el fuerte vínculo emocional con su madre de quien ha heredado la capacidad de ver esa energía humana imperceptible para otros. Idénticos en comportamientos, con el mismo amor a la vida e instinto pero también con  deseos pueriles y caóticos. A pesar de su gran complicidad no estará preparado para ayudarla en la sobrevenida soledad, tras quedarse viuda en 2005, y en su necesidad de  aferrarse a él y a su hermano. 

En "Alegría" se relatan multitud de cotidianeidades. Algunas de la infancia de Vilas, evocando a sus padres con cariño, al llevarle a coger setas, nadar o  esquiar. En ellos piensa constantemente, percibiendo su esencia en los entornos que habita en el transcurso de sus viajes. Héctor Abad Faciolince le define como un huérfano de 50 años. Cuando veo el nombre del escritor colombiano me acuerdo del libro que leí en 2013, "El olvido que seremos" , entrañable homenaje a la vida ejemplar de su padre, profesor, asesinado el 25 de agosto de 1987 en Medellín.

Manuel Vilas considera que su narración es además un nexo de unión familiar acercando a parientes que se reconocen entre líneas en la novela. Se siente orgulloso del matrimonio de sus padres. Una alianza símbolo de la honestidad, arraigo, firmeza y edificación.  De su padre señala la bondad natural y confianza en los demás. Un trabajador honrado, viajante de comercio, que no ambicionó riquezas materiales, ni casas, ni automóviles caros, ni propiedades, ni dinero. 

Constata cómo la genética repite patrones de carácter en sus hijos. Por ejemplo, en Bra observa la sinceridad del abuelo paterno y otras de sus virtudes como la austeridad y voluntad. Añora mayor comunicación con ellos y disfruta de su compañía, cuando tiene la ocasión, así como de la paz que le genera una conversación telefónica de como mínimo 15 minutos. Los hijos se convierten en anillos de fuego que unen para siempre a un hombre y una mujer.

El autor revela con frecuencia los temores heredados de su madre que le acompañan en soledad desde que ya en la adolescencia le viniese a ver un ángel de la melancolía en la forma de Arnold Schönberg o Nosferatu. Contra ellos tiene que luchar para no dejarse invadir por la melancolía, la ansiedad, la angustia, la desesperación, la tristeza o la culpabilidad. El equilibrio lo halla en su mujer, profesora de Universidad en Iwoa, EEUU. Mo le da el sosiego que a veces debe también buscar en los fármacos. No obstante, afirma que el presente que vive es inconmesurable, un tiempo donde lo imprevisto gobierna su vida siendo en ocasiones un regalo extraordinario.

Manuel Vilas convive desde 2005 con este duelo. En “Alegría” consigue invocar al amor incondicional eterno, intentando así ser feliz. En muchos de sus párrafos he sentido la misma necesidad que él expresa por reiterar que la muerte de unos padres no es “pasar página” sino “escribir muchas a su memoria”.

Mis amigos más cercanos saben que hace 12 años mi padre falleció y mi madre hace seis, en 2014 como la madre de Manuel Vilas. Al leer “Alegría” he reconocido a ambos ángeles de paisano, invadiéndome los misterios ancestrales y la ilusión por ver cumplido el deseo de mi padre de publicar su poemario. Coincidencias en ambos poetas como ser la belleza la última invitada en la vida y buscarla en todos los lugares visibles y no visibles.

Es curioso pero en el relato de Vilas me he visto en situaciones similares. El escritor oscense menciona un hotel Novotel en una estancia en Zúrich en 2007. Precisamente en 1990 cuando finalicé mi posgrado en Alojamientos Turísticos y Restauración en la Escuela Oficial de Turismo de Madrid, hice un plan de formación en el Grupo Accor, al que pertenecen los hoteles Novotel de 4*. En otra ocasión, Vilas recuerda su paso por el hotel "Boston", en Zaragoza, donde había dormido el cantante Michael Jackson. Hecho que también sucedió en 1994, en el hotel Meliá Botánico (Puerto de la Cruz), durante mi estancia allí con mi marido, en el que se alojaba el famoso cantante que tenía previsto un concierto en Tenerife.

Finalmente decir que coincido con Manuel Vilas en la aseveración de que un escritor debe estar siempre escribiendo hasta el final de sus días, escribiendo miles y miles de recuerdos. Aunque el autor de "Alegría" nos ha revelado muchos sentimientos, hay que tener en cuenta que 
Lo que cada uno lleva en el corazón es un secreto incluso hasta para ese corazón

MUNDOS EXTREMOS, de Amalia Martínez Muñoz


En esta época de confinamiento por el virus Covid-19 uno de los libros que he leído durante el mes de abril me ha llevado a lugares increíbles. Se trata de “Mundos extremos”. Su autora es Amalia Martínez Muñoz, pintora y profesora de Historia del Arte en la Universidad Politécnica de Valencia. 

Amalia Martínez Muñoz
“Mundos extremos” obtuvo el XIV Premio de Eurostars Hotels en narrativa de viajes 2018. Este libro llegó a mi vida en un momento en el que los días no tenían suficientes horas para abarcar todas las exigencias comprendidas en ellos. Lo cogí, sin más, pensando que lo abriría cuando así el destino, libre de ritmos acelerados, me lo permitiera. Su prólogo me había convencido ya en su primera frase:

“Decía Proust que se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado”

Amalia nos guía por sus lejanas rutas haciéndonos partícipes de sus entusiastas anotaciones con la voluntad de transcribirlas con detalle y anclarlas así a la memoria. Nos recuerda que entre las  motivaciones del viajero auténtico se encuentra también su viaje interior, como en “La Odisea”, cuyo itinerario conduce a Ulises desde Troya hasta Ítaca, forjando a su protagonista a través de la lucha contra los obstáculos que se interponen en su camino y disfrutando asimismo de todas las alegrías que le regala el azar.
La autora recoge las impresiones que le causaron tan extraordinarios entornos, calificados de extremos porque poseen características que solo pueden definirse dentro de lo colosal en su belleza, su rareza o su capacidad para emocionar. A veces son lugares construidos por el hombre, un ser extremo que se mueve entre polaridades que inventa, y otras son regalos de la naturaleza.

Foto: Marc Dozier (2019)
Amalia nos invita a acompañarla a destinos de impactantes colores como los rojizos del desierto australiano en Uluru (Kata Tjuta National Park). Una montaña sagrada de 348 ms. cuya escalada está prohibida desde el 26 de octubre 2019 por decisión de la comunidad indígena Anangu con el objetivo de preservarla ante el turismo de masas. 
El pueblo grande más cercano es Alice Springs, a 450 kms, con aprox. 25.000 habitantes. Desde 1987 es Patrimonio de la Humanidad.

Kings Canyon (Foto 2018-FB Watarrak N.P.)
Kings Canyon, un estrecho cañón de arenisca de 270 ms. de hondura en el Watarrak National Park, encierra otro de los tesoros paisajísticos de Australia. Contrastes de luz y sombra. Su fondo es una masa de árboles que indómitos alzan sus hojas transformándolo en un inesperado oasis. 

Coober Pedy es la transcripción inglesa de dos palabras aborígenes: kupa (no iniciado=hombre blanco) y piti (agujero). Así llamaban los autakiringa a los que empezaron a llegar a sus tierras a partir de 1915 buscando oro. Descubrieron opalo. Considerado el primer productor de ópalo del mundo. Su extrema dureza lo ha convertido en escenario de rodajes como “Planeta rojo”, “Mad Max 3. Más allá de la cúpula del trueno”  y “Pitch Black”. 

El mérito de ver su potencial turístico lo tuvo Umberto Coro que abrió en 1988 el Desert Cave Hotel, con 19 habitaciones, considerado el hotel más profundo excavado en la roca. 


Foto: La Sexta Desierto Pintado (Sur Australia)
Antakirinja Mutuntjarra destaca por su espectacular amanecer. Un lienzo en el que se mezclan multitud de tonos: anaranjados, dorados, rosados,  violáceos. Todos ellos van cambiando a lo largo del día, haciéndose más brillantes al mediodía.

Rebautizado por los ingleses como Painted Desert, nombre que merece por ser un verdadero desierto pintado con acuarelas, origen de su belleza absoluta y mágica.


Salar de Uyuni (www.freepik.es)
Otra zona en la que se adentra Amalia es El Salar de Uyuni, al suroeste de Bolivia, considerado el salar más grande del mundo, con una superficie que supera los doce mil kilómetros cuadrados.
Estudios afirman que puede llegar a 500 metros de profundidad. De él se extraen anualmente aprox. 25.000 toneladas de sal. Es la mayor reserva de litio actual. Durante su viaje a la luna, Armstrong quedó impactado por su tamaño y efecto espejo, lo que motivó una visita posterior del astronauta.


En su centro resalta la casa del Inca (Incahuasi), una pequeña isla que desde lejos parece flotar sobre un mar de nieve, emergiendo oscura y escarpada, con un paisaje de cactus de más de 10 ms. de altura erigidos como columnas nacientes en rocas de lava cubiertas de algas y corales petrificados.
La población más cercana es Uyuni. Fundada a finales del siglo XIX, como enclave de valor estratégico militar, una de las primeras a las que llegó el tren.


Piedra Árbol (Desierto Siloli)
El desierto de Siloli, en la Reserva Natural Eduardo Avaroa (suroeste de Bolivia), es uno de los más áridos del mundo. Dominantes colores ocres y marrones de los que surge de la erosión, la gran roca "Piedra Árbol" (5 ms.) 
Aquí se encuentra el llamado "Valle o desierto de Dalí", una planicie desolada de 110km2 con piedras como solitarios habitantes de su nada, parecida a una de las obras surrealistas del artista catalán. 


Machu Picchu (Perú)
La gran viajera escribe también sobre el Camino Inca para llegar a Machu Picchu, en quechua "montaña vieja", el destino turístico más visitado de toda Sudamérica. 
El punto final de la ruta lo marca Inti Punku o Puerta del Sol, desde donde se contempla la maravillosa vista de la ciudad incaica mejor conservada porque durante siglos permaneció olvidada y cubierta por frondosa vegetación. Fue descubierta en 1911 por el profesor norteamericano Hiram Bingham. Sustentada por una verdadera obra de ingeniería. 

Amalia nos relata su visita a la casa de Pablo Neruda (1904-1973) en Chile. En su origen llamada "Las Gaviotas" y rebautizada como la Isla Negra, a 80 km de Valparaíso. Adquirida en 1938 al marino español Eladio Sobrino. 

Isla Negra (Chile)

El lugar que el poeta halló para vivir y escribir tranquilo. Construida frente al mar del Pacífico y ampliada, paralela a la playa, para albergar las numerosas colecciones de Neruda: mascarones de proa, conchas marinas, barcos dentro de botellas, mapas antiguos, mariposas, escarabajos .... 


Interior La Sebastiana (Valparaíso)
Gestionada por la Fundación Pablo Neruda (1986) como las otras dos casas del poeta, La Chascona y La Sebastiana. Neruda escribió a esta última un poema para su inauguración, el 18 de septiembre de 1961, en honor de su primer propietario y constructor. Desde el 5 de enero 2012 es Monumento Nacional.

Neruda fallece el 23 de septiembre de 1973, días después del golpe militar del dictador Augusto Pinochet que derrocó al presidente Salvador Allende. Posteriormente la casa fue saqueada,  restaurándose en 1991, gracias al apoyo de Telefónica de España. Se inauguró en diciembre de ese mismo año como Casa Museo.
A la Isla Negra el poeta le dedicó un libro que tituló "Una casa en la arena". Sus restos y los de su esposa, Matilde Urrutia, descansan a unos metros de ella. 


Pirámide del Sol (Teotihuacán)
De este libro de relatos, el dedicado a "Teotihuacán, la ciudad de los dioses" en México, me ha transportado al año 1993, en el que yo misma la visité, en mi viaje de luna de miel. 
Recuerdo el interminable ascenso a la Pirámide del Sol (150 d.C.), en cuya grandiosa cima el ser humano busca la dimensión espiritual, en ese empeño por ver más allá de lo que nos muestran los ojos. 
Amalia hace hincapié en la pulcritud de la piedra tallada, encajada manualmente con precisión hasta formar la similar montaña natural de 70 mts de altura.

La historia de Teotihuacán comenzó antes de la era cristiana. Entre los siglos III y VII d.C. se convirtió en una gran ciudad siendo abandonada un siglo después. En el interior de la Ciudadela (un conjunto de edificaciones donde residían los gobernantes y sacerdotes) se encuentra el templo de Quetzacoátl, la serpiente emplumada, símbolo del conocimiento, de la fertilidad y la vida; y Tláloc, dios de la lluvia.


Iglesia San Juan Bautista
San Juan de Chamula, un pequeño pueblo en el estado de Chiapas, en cuyos alrededores está el conjunto arqueológico de la ciudad maya de Palenque y San Cristóbal de las Casas, es otra de las propuestas de Amalia. Habitado por la comunidad tzotzil, uno de los mayores grupos indígenas en Chiapas.

Arraigadas tradiciones que mantienen su pasado envuelto en la inmaculada blancura de la fachada de sus iglesias y  las alegres grecas, adornando sus arquivoltas como bordados que dibujan los vanos de sus puertas y ventanas.


La Ceiba 
A lo largo de la carretera y junto a fuentes y cementerios se alzan altas cruces de madera pintada de un verde esmeralda. Son una transferencia simbólica de la ceiba, el ancestral árbol sagrado de los mayas que sostiene el cielo sobre la tierra y hunde sus raíces en el inframundo. 

De esta forma se establece comunicación con los 3 niveles del universo: el espacio divino del cielo, la tierra de los humanos y el mundo subterráneo con fuerzas oscuras.



Ushuaia (foto prensa local)
Con la autora de "Mundos Extremos" viajo con su crónica a la ciudad más meridional del mundo,  latitud 54ª sur, Ushuaia (Argentina) siendo Puerto Williams, en Chile, el pueblo más austral. Ushuaia es la capital de la provincia de "Tierra de Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur".

El paradójico nombre de Tierra de Fuego se lo dio Fernando de Magallanes quien desde su barco la vio salpicada de hogueras. Yámanas y selkman llevaban viviendo en ella más de 6000 años a la llegada del navegante portugués. El primer asentamiento fue la misión que fundó Thomas Bridges, un pastor anglicano. Su nombre deriva de las voces yámanas "ushu" (al fondo) y "waia" (bahía), lo que explica su ubicación, al fondo del canal Beagle. 


Foto: prensa local
A doce kilómetros de Ushuaia está el Parque Nacional de Tierra de Fuego (68.900 hectáreas) con un sorprendente paisaje: costero, bosque y montaña. La masa arbórea está formada por lengas (Nothofagus pumilio) y ñires (Nothofagus antarctica), árboles caducifolios.

El llamado "Tren del Fin del Mundo" hace un recorrido bordeando el río Pipo por el P. Nacional. Se trata de una reliquia conservada con fines turísticos que antiguamente transportaba a los presos desde el penal del pueblo (cuyo edificio cerrado en 1947 sirve ahora como sede de varios museos) hasta el bosque donde algunos redimían sus penas cortando árboles.

Otro gran mito en el que se adentra Amalia es el glaciar Perito Moreno (declarado Patrimonio de la Humanidad en 1981), al sur del Parque Nacional de los glaciares. Debe su nombre a Francisco Pascasio Moreno (1852-1919), un naturalista, geógrafo y antropólogo autodidacta al que el gobierno recompensó su trabajo otorgándole el título de perito. 



Glaciar Perito Moreno (Foto web)
Moreno exploró la Patagonia cuando era todavía tierra de indígenas e hizo los primeros mapas de la zona. La población más cercana es Calafate
La orilla en la que se levantan sus casas pertenece al lago Argentino, una inmensa superficie de agua, casi 1.500 km2, alimentada por varios glaciares, entre ellos el Perito Moreno, cuyo frente de hielo (60 mts. alto por casi 5 kms. ancho; sumergidos hay más de 100 metros) se observa desde las pasarelas, balcones y miradores instalados en la península de Magallanes. 

La ruta sobre su corteza dura permite sentir el azul puro de luz cautiva, moverse en un paisaje rodeado de hielo y escuchar el sonido lejano de secos estallidos originado por desprendimientos que caen al lago.


El último relato de "Mundos Extremos" corresponde al extremo occidental de África. La gran viajera elige Senegal, donde también podrá disfrutar de la pasión complementaria a la escritura que supone la fotografía. En Dakar, callejea y visita entre otros puntos de interés, el Palacio Presidencial y el Museo de Arte y Tradiciones del África Occidental. 


Isla de Gorée
A tan solo 3 kms. se encuentra la isla de Gorée, primer asentamiento de blancos (mercaderes portugueses) en la zona a mitad del siglo XV. Fue uno de los principales puertos negreros. Su nombre proviene de Goed Reed, que significa Buen Puerto en holandés. Sus playas son lugar de recreo para los habitantes de la ciudad.

Destaca la "Casa de los Esclavos", convertida en monumento a la memoria de los 20 millones de personas que se estima partieron de las costas africanas hacia América para ser utilizados como mano de obra esclava. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1978. 


Soumbedioune es un pequeño pueblo de pescadores, muy concurrido por la tarde cuando llegan los cayucos estilizados de faenar y se monta el mercado del pescado a pocos metros de la orilla del mar. Las barcas de pesca se fabrican con el tronco de ceiba, árbol que posee una madera esponjosa muy ligera y perfecta para esta función. Se pintan con fondo blanco al que superponen formas simples de colores puros que cubren todo el casco.


Lago Rosa (Web Turismo)
A 35 kms de Dakar está el llamado Lago Rosa, un color que debe al pigmento de una microalga (Dunaliella salina) que vive con altas concentraciones de sal. 

La poca profundidad del lago permite extraerla rompiendo con varas las placas que se forman en el fondo y acumularlas sobre las barcas. 

En tierra firme, se amontonan y se secan antes de meterla en sacos. Este duro trabajo lo realizan los hombres de la aldea Niaga-Peul que deben protegerse la piel con grasa, como la obtenida de las nueces de karité. 


Mujer senegalesa
"Mundos Extremos" finaliza con unos apuntes callejeros de su autora que nos invitan a escuchar la música senegalesa a ritmo de mbalax, (fusión de la tradición senegalesa y la música cubana), a tomarnos un "ataaya" (un té) y a fijarnos en el entrañable paisaje humano de los destinos recorridos. 

En algunos de ellos como México, Perú, Bolivia y Senegal, Amalia Martínez Muñoz destaca la figura de la mujer por su fuerza inquebrantable, su valentía y tenacidad tanto en el trabajo como en la familia. 
Coincido con ella, afirmando que en estos relatos la mujer es
Pura ceiba, sosteniendo entre sus manos ese mundo extremo al que pertenece, aferrándose a él en una constante lucha por crear y preservar vida

De profesora a profesora
Gracias Amalia. A través de tu observadora e incansable mirada, en esta época en la que el turismo se ha detenido por el Covid-19 pero la naturaleza sigue fluyendo, he contemplado desde mi hogar en Lanzarote las ciudades apetecidas y saboreado en la experiencia de tu realidad el encanto de lo soñado. 

Hoy 12 de mayo es el "Día Mundial de la Enfermería". Quiero dedicarles la entrada de "Mundos Extremos" a estos profesionales quienes arriesgan sus vidas en el desempeño de su labor profesional en condiciones también de extrema dureza por el virus Covid-19. ¡Ojalá que la lectura de esta crónica les haga disfrutar de su relato!  ¡Quién sabe si puede llegar a convertirse incluso en su próximo cuaderno de viaje!

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"Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"
José Saramago
"Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande,
sólo es posible av
anzar cuando se mira lejos"
Ortega y Gasset
"Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia"

Epícteto

"La ingratitud es el precio al favor inmerecido"

Ignacio Manuel Altamirano

"Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado"
Marcel Proust
"Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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