Veranos mortales, Dolores Campos-Herrero

Dolores Campos-Herrero

Este año 2022 el Gobierno de Canarias ha dedicado el Día de las Letras Canarias (21 de febrero) a la escritora, poeta y periodista Dolores Campos-Herrero (Arona, 1954- Las Palmas, 2007). Es autora de 15 libros, entre ellos "Veranos mortales", publicado por Ediciones Baile del Sol (2005).

Como tantas otras veces me ha sucedido en la biblioteca municipal de San Francisco Javier en Arrecife, su título me llamó la atención. 

Al hojearlo supe que la escritora había pasado su infancia en Lanzarote. De esta época recordaba los veranos casi inmortales, de sol y de viento, en la Playa del Reducto, precisamente el lugar donde resido. Esta reflexión recíproca me unió a su pensamiento y decidí ahondar en su narrativa.

El libro está dividido en 3 partes: Historias y mapas (11), Otros casos extraordinarios (9) y Veranos mortales (13). Destaca la cita de Jeanette Winterson (Manchester, 1959): 

Las historias son mapas. Mapas de viajes que se han hecho, de los que podrían haberse hecho. Una ruta de Marco Polo a través de un territorio real e imaginario 

Los personajes de los relatos de Dolores Campos-Herrero son variopintos, con notas de humor y un trasfondo sorprendente ya que a menudo nos señalan la realidad que las simples apariencias ocultan con un estilo sensible, irónico e inteligente.

Baile del sol, 2005

En los párrafos de "Historias y mapas" descubrimos un ángel custodio en una autopista velando por la seguridad de un imprudente conductor, un faquir reencarnado en paloma en Venecia, una indómita muchacha llamada Helga que cambia el destino de su amado, un paraguas portugués en un escaparate que tiene la autoestima por los suelos, una mujer que sufre un desengaño más la pérdida de su puesto de trabajo y en el Gran Bazar de Estambul adquiere la piedra turquesa que le proporciona seguridad, el atropello a una joven por una bicicleta en Ámsterdam y el ciego amor que profesa a su novio....

Por otra parte, sentimos la presencia de algunos fantasmas en "Otros casos extraordinarios", el del marido que viene a recoger sus maletas, la mujer que desea le escriban una carta de amor en una papelería (entablando una curiosa conversación con el tímido nieto de Sixto e hijos), también el de Estrella en Castrillejos seguida por su amor adolescente (un médico rural) y el botones de voz senil del Hotel Bristol en el cielo. 

Playa del Reducto

La última parte "Veranos mortales" cuenta con relatos como "El atropello", claro ejemplo de la falta de respeto en la pareja rayando la violencia de género; "Los ojos de gata Christie" y "Ginebra" relativos a un asesinato premeditado en ambiente de mendicidad.
"La sociedad de los viernes" manifiesta la xenofobia, "Limpieza general" es hilarante con la Señorita Impoluta afanándose por deslumbrar en su cita romántica pero el excesivo esfuerzo doméstico y un impulso inesperado la vence en el momento más inoportuno.
 
En "Estadísticas" comprobamos que no siempre los datos son objetivos tal es el caso de la neurosis depresiva atribuida más a las mujeres que a los hombres o la omisión de los fugaces pensamientos finales, "El domador de pulgas" apunta que la derrota y la soledad de tres siempre es siempre mucho menos ruidosa (pág. 208), en "El camino secreto" somos testigos del deseo de Matías de tener un hijo para amar y educar buscando una extraña alternativa en un golem animoso de 5 años, en "El niño que no sabía respirar" constataremos con tristeza que la vocación de su padre de sentirse viudo o más bien soltero será el desencadenante de sus agudas crisis de asma y, por último, en "El estilo de las rubias" expondrá que la mayoría de las defunciones son inesperadas y plantea la posibilidad de que las morenas sean también parte activa de los relatos de crímenes...….

Dolores Campos-Herrero en una entrevista con motivo de la publicación de "Veranos mortales" expresó su vocación:

"Me muevo entre la literatura y el periodismo casi sin darme cuenta, son dos habitaciones de una misma casa en las que transito no sé si con soltura pero sí con asiduidad. Para mí, la narrativa y el periodismo son dos ramas del gran tronco de la literatura. El hecho de trabajar en el periodismo me ha ayudado en la literatura porque la vida diaria está llena de argumentos"

Sobre la autora

Dolores Campos-Herrero ha publicado "Chanel numero 5" (1985), "Daiquiri y otros cuentos" (1987), "Basora" (1989), "Alejandra me mira" (1990), "Azalea" (1994) -por el que recibió el Premio Atlántico de Literatura Infantil-, "Siete Lunas" (2002), "Veranos mortales" (2005), "Noticias del paraíso" (2005), "Eva, el paraíso y otros territorios" (2006), "Santos y pecadores" (2006), "Rosaura y los autómatas" (2007), "Ficciones mínimas" (2007) y "Una vida imaginada" (2007).

NOTA: Este post se lo dedico a mi padre, Luis Jiménez-Pajarero Sánchez, fallecido el 29 de marzo de 2008. La lectura de "Veranos mortales" me une a él porque a través de Dolores Campos-Herrero vuelvo a sentir la humanidad, el interés por el prójimo, la sencillez de las palabras, la crítica social y su profundo amor por la gente corriente. Entre ellos mujeres eficientes, hombres solitarios, mendigos y niños huérfanos de ternura. 

Día de la Poesía 2022, "Soñar" de Amelia Álvarez

El 21 de marzo se celebra el Día Mundial de la Poesía y he recordado la presentación del primer poemario de Amelia Álvarez que tuvo lugar en el Teatro Municipal de Tías el pasado 10 de noviembre. 
Un acto al que asistí con la ilusión de ver que la perseverancia de Amelia por ver publicados sus poemas se había cumplido (según reza en su dedicatoria) gracias también a la Editorial Beginbook ediciones.

La sencillez y la naturalidad fueron las protagonistas de este encuentro marcado también por las anécdotas como la que contó Amelia al sincerarse y confesar que -con los nervios se le habían olvidado las gafas y no podía leer un poema-.

Hoy, como hace años hice con el poema "A los Dolores, sin prisa", transcribo "Soñar" (página 22 y 23) para que los lectores de este blog se adentren en el corazón de esta mujer que disfruta haciendo poesía y se emociona fácilmente releyendo sus propios poemarios.


"Soñar"

Soñar, que bueno es soñar
cuando se tiene un buen sueño.

Yo he soñado lo más bello
y lo pierdo al despertar,
sueño que estoy volando 
sobre lavas de volcán,
que bajo de las montañas
y me despierto al volar.

Soñar, qué bueno es soñar,
si todo lo que soñamos
se hiciera realidad.

Dormimos un dulce sueño
lo queremos alcanzar,
y cuando ya lo tenemos
volvemos a despertar.

Soñar, qué bueno es soñar
cuando te acuestas rendido,
cierras los ojos sin más
y al quedarte dormido,
ya comienzas a soñar.

Son sueños que no sé cómo
nos vienen a nuestro sueño,
pero despertamos
en lo mejor de los sueños.

Soñar, soñar,
sueña que soñar es bueno.



"Escribir es vivir", José Luis Sampedro

El viernes 25 de febrero me acerqué a la Biblioteca Municipal de la calle el Forito, en el barrio de San Francisco Javier, en Arrecife. Al día siguiente cogía vuelo a Madrid para ver a la familia, dado que era periodo de carnaval en Lanzarote. Como suele pasarme iba con varios libros anotados (uno de ellos el último Premio Nadal de Inés Martín Rodrigo) pero la visión de alguno de los que yacen en las estanterías cercanas al mostrador se transforma en flechazo certero.

Editorial Areté
Este fue el caso de “Escribir es vivir” (2005) de José Luis Sampedro, Editorial Areté. Con él he asistido a un curso narrado por su compañera Olga Lucas que el escritor impartió del 21 al 25 de julio de 2003 en el Palacio de la Magdalena, sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander. Un interesante recorrido por la trayectoria vital de este gran humanista que me ha hecho sentir momentos cómplices en la faceta compartida de la docencia subrayando asimismo la importancia de escribir, hecho que para el escritor significa -descubrirme a mí mismo para descubrir a otros y para encontrarnos todos, para vivir más- (pág.17).
La sencillez y la humildad están presentes en su cercano discurso igual que su deseo por mostrar al público su oficio del que destaca la capacidad de observación (su ordenador de bolsillo es un bloc en el que anota las ideas que se le ocurren). José Luis Sampedro se sincera reiterando el cariño que ha tenido por sus alumnos a los que ha tratado con amor y provocación, a los que suma la autenticidad.

¿Para qué se escribe? Sampedro afirma que en su caso es pura genética, una necesidad vital, e indiscutiblemente un esfuerzo tremendo. Su novela “Octubre, octubre” le costó 19 años y cuatro versiones diferentes. El esfuerzo es dedicar energías, tiempo, movimientos e iniciativas para hacer o crear algo satisfaciendo una necesidad interior en tanto que el trabajo sería lo mismo, pero con intención de venderlo con afán de lucro. Por otra parte, una vez que nos embarcamos en la escritura, hay que entregarse, sumergirse a fondo, creer y vivir lo que se escribe.

Sampedro se refiere a su infancia en Tánger hasta los 13 años llena de color y la compara con otra época casi medieval en la que vivió en Cihuela (Soria). Culturas diferentes que le enseñaron a respetar la sociodiversidad. Señala que en situaciones de soledad buscó refugio en la literatura y se dio cuenta que cada uno puede hacerse su propio mundo que es distinto del de los demás y no tiene nada que ver con el resto. A lo largo de su vida siempre ha tenido claro lo que NO quería y lo que NO debía, y es a partir de esos rechazos como ha ido llegando a lo que es o cree ser.

Aranjuez fue el paraíso en el que Sampedro residió desde los 13 a los 18 años. Su padre, médico militar, había sido destinado en el Colegio de Huérfanas del Ejército de María Cristina. Esa etapa tendrá gran peso en sus novelas y representa el punto de partida como escritor coincidente con la proclamación de la República que supuso un cambio espectacular en el ámbito cultural y en el terreno de las libertades, de la participación ciudadana, del desarrollo en general.

Una decisión trascendental fue la de estudiar la oposición de oficial de Aduanas con 16 años ante la imposibilidad de cursar la carrera de Filosofía y Letras dada la situación económica. Una oportunidad que no dejó pasar y sería, tras la muerte de su padre, la salvación de su familia y lo que le permitiría en su primer destino en Santander dedicarse a leer, investigar e incluso iniciar su carrera literaria en la revista UNO. Desgraciadamente, cuando más enfebrecido estaba, estalló la Guerra Civil, y a él le sorprendió en Santander, alejado de los suyos. Sin embargo, tuvo la gran suerte de conocer a Don Estanislao de Abarca, quien le educó musicalmente y le estimuló en sus inicios literarios. Una relación entrañable que perduraría hasta su muerte.

El término de la guerra le alcanzó al joven Sampedro en Huete (Cuenca). Allí lloró amargamente al descubrir los restos de la escuela y su biblioteca destrozada. En ese lugar empezó su primera novela “La estatua de Adolfo Espejo” que acabaría en Melilla al reunirse felizmente toda la familia. A partir de entonces su vocación se afianza y eligiendo como lema un verso de san Juan de la Cruz “Entremos más adentro en la espesura”, es decir, en el interior de uno mismo. Este hecho le hará también ahondar en la personalidad de los demás, encontrando la propia.

La sombra de los días 
Sampedro considera “La estatua de Adolfo Espejo” (publicada en 1994) una novela de aprendizaje, igual que la segunda “La sombra de los días” cuyo eje central es la muerte de un chico en la trinchera (Germán Sanginés, escrita en 1947 y publicada en 1994). La tercera “Congreso en Estocolmo” (1952), el autor considera tiene más consistencia.

Con 25 años el joven escritor se convierte en el jefe de la familia, al fallecer sus padres y abuela. Al mismo tiempo frecuenta tertulias y conoce a José María de Cossío, ambiente que propicia también el encuentro con el poeta Gerardo Diego, el escritor Eugenio D’Ors o el pintor vasco Ignacio Zuloaga del que recuerda una lección de humildad. Ante la pregunta de un entrevistador al artista sobre cuáles eran sus preocupaciones estéticas respondió “Pues trabajar mucho”. (pág.141)

En 1942, al crearse la Facultad de Ciencias Económicas y Políticas, se matricula compaginándolo con su labor de funcionario de Aduanas. En 1944 se casa y dos años después nace su hija que como ocurrirá en un futuro con su nieto, se convierte en algo importante en su vida. En 1947 se licencia siendo propuesto para impartir una asignatura y además comienza a trabajar en el Banco Exterior de España.

Sampedro destaca la importancia de los cuentos y la admiración sentida por 3 escritores: Katherine Mansfield ("Garden Party"), Guy de Maupassant y Antón Chéjov. Asimismo, manifiesta su interés por el teatro participando en la década de los 50 en el Premio Nacional Calderón de la Barca al que se presentó con la obra “La paloma de cartón” y al que seguiría la comedia “Un sitio para vivir”. En esa época Sampedro aprueba las oposiciones a profesor adjunto y se vuelca en su trabajo universitario


Será ya en 1961 cuando publique “El río que nos lleva” (le costó 9 años escribirlo) y en los 70 su novela menos conocida “El caballo desnudo”, una sátira de la moral hispánica ambientada en 1917. 

Sin lugar a dudas, la novela catalogada -mundo- que tardó más tiempo en escribir fue “Octubre, octubre” (19 años), costumbrista y contextualizada en Madrid. Sampedro señala que es su novela más difícil y con la que se convirtió en escritor conocido entre el público lector tras la publicación con la editorial Alfaguara. Hasta ese momento experimentaba el placer interior de la necesidad vital cumplida, pero con “Octubre, octubre” se añade el placer del reconocimiento a su trabajo de escritor en la sombra desde los años 40 hasta los 80.  

           Sin dejar de ser economista, el mundo se entera de que es escritor

Se inicia una trilogía “Los círculos del tiempo”, cuyos dos títulos siguientes son “La vieja sirena” que representa la madurez y “Real Sitio" (1993), la novela del ocaso. De esta última destaca que es la menos conocida y merece serlo más. Se compone de dos partes: una transcurre en 1808 con el espíritu de la Revolución francesa y la otra en 1930 que acaba con la huida de los Borbones en el treinta y uno y la proclamación de la República. Sampedro cumple así el compromiso adquirido en su primera juventud con Aranjuez, villa y corte de España.

“La sonrisa etrusca” (1985)  está inspirada en el nacimiento de su nieto Miguel. Una novela popular escrita de un tirón cuya estructura no reviste complejidad y utilizada en talleres de lectura para la iniciación de adultos en el fascinante mundo de los libros. Tras la muerte de su esposa en 1986 y coincidiendo con la jubilación, Sampedro se consagró a la literatura llenando así ambos vacíos hasta que conoció a Olga Lucas.

Su última novela "El amante lesbiano" (2000) es un grito de libertad en general y libertad sexual en particular. En cuanto a temática económica, Sampedro habla del ensayo divulgativo "El mercado y la globalización" que constituye su último libro. Una mirada a las grandes y poderosas empresas que explotan a escala mundial unos productos y dominan el mercado. 

Y antes de separarse del público en este ciclo sobre "El autor y su obra", el escritor y economista reitera la complejidad de haber resumido en 5 días sus 86 años tan intensamente vividos y trabajados en diferentes campos. Por otra parte agradece a la Universidad y a todos los asistentes la inyección de vida que han significado esos días vividos con tanta emoción.

Finalizo esta síntesis sobre “Escribir es vivir” citando algunas de las reflexiones de José Luis Sampedro que deseo compartir y releer puesto que para mí también la literatura es una necesidad vital:

  • "El acto de creación de una obra está imbricado en la vida del escritor como la raíz de un árbol en la tierra de donde nace" (pág.18)
  • "Sin la literatura no podría vivir. No concibo un día sin pensar en ideas literarias, sin tomar notas, sin llevar mi cuadernito, apuntar algo, discutirlo un poco… no, no me lo imagino" (pág. 33)
  • "Técnica de la esponja (o ejercicios de libertad) y la antiesponja. Se deja traspasar por la realidad circundante o se aísla para evitar la desviación de su trabajo creativo" (pág.116)
  • “El tiempo no es oro, el tiempo es vida. Cuando yo me muera, se acabó mi tiempo” (pág.129).
  • “Llaneza, muchacho, y no te encumbres” (maese Pedro de Cervantes)
  • “A mí me ha gustado muchísimo dar clases. Lo pasaba muy bien con mis alumnos, los quería muchísimo y ellos también a mí” (pág. 166).
  • “Yo creo también en la espiritualidad, en lo inmaterial y en el misterio porque creo en la multidimensionalidad del mundo” (pág.218).
  • “Mi propósito con estas lecciones ha sido iluminar y no deslumbrar. Un profesor está para ayudar a ver y no cegar a sus discípulos.” (pág.258) 


Sobre el autor
José Luis Sampedro (Barcelona, 1917-Madrid, 2013) pasó su infancia en Tánger y su adolescencia en Aranjuez, ciudades de gran influencia en su obra. Escritor, catedrático de Estructura Económica y miembro de la Real Academia Española. Entre sus novelas cabe destacar “La sonrisa etrusca”, “La vieja sirena”, “Octubre, octubre”, “Real Sitio” y “El amante lesbiano”.
De temática económica “El mercado y la globalización” y “Los mongoles en Bagdad”. Siempre testimonio de su infatigable espíritu de lucha contra la guerra y la injusticia en el mundo.
En 2010 el Consejo de Ministros le otorgó la Orden de las Artes y las Letras de España por “su sobresaliente trayectoria literaria y por su pensamiento comprometido con los problemas de su tiempo”. En 2011 se le concedió el Premio Nacional de las Letras Españolas.
Más información en: https://personajeshistoricos.com/c-escritores/jose-luis-sampedro/

Olga Lucas

José Luis Sampedro y Olga Lucas
Nació en Toulouse en 1947 en el seno de una familia española en el exilio. El paso por los países del Este le proporcionó la oportunidad de estudiar lenguas eslavas y trabajar como intérprete, traductora y locutora de radio. También fue funcionaria de la Generalidad Valenciana. Su actividad cultural se ha desarrollado en ámbitos alternativos y/o locales (Valencia). Es autora de "Poemas de andar por casa" y "Cuentos para ciegos". 
Contrajo matrimonio con José Luis Sampedro en 2003.

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sólo es posible av
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Epícteto

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"Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado"
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"Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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