Sira, de María Dueñas

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“Sira”
(Editorial Planeta) es la quinta novela de la escritora María Dueñas (Puertollano, Ciudad Real, 1964). En ella seguimos la vida de la protagonista de “Tiempo entre costuras” en una etapa diferente, a partir del verano de 1945. Ya no es la joven que conocimos ingenua, enamorada y engañada por un hombre, Ramiro Arribas,  sino una mujer casada con un agente británico al Servicio Secreto de Inteligencia, Marcus Bonnard, y en un destino muy lejano, Palestina, donde la población hebrea en los años 40 había llegado a la mitad, hecho que desencadenaría las protestas árabes en 1936. Los británicos emitieron un documento (White Paper) e
n mayo de 1939 que dejaba patente su intención de no permitir la división de Palestina en dos Estados. Tras la Segunda Guerra Mundial se produjo de nuevo el recrudecimiento hostil.


Torre de David (Ministerio Turismo Israel)
En esa Jerusalén convulsa comienza Sira la experiencia tan significativa de vivir para tres credos visitando el Santo Sepulcro (Iglesia de la Resurrección, centro de peregrinación desde el siglo IV) y el Cenáculo, la Torre de David, la Cúpula de la Roca y la catedral armenia de Santiago. Su asistencia a actos sociales con Marcus le abrirá la puerta a amistades de las que surgirán proyectos como el propuesto por Nick Soutter de colaborar en la radio pública del PBS (Palestine Broadcasting Service) informando sobre España bajo la firma de Frances Quiroga. 

La noticia del embarazo de Sira colma también de ilusión a la pareja a pesar de la inquietud constante por la cruda realidad de inesperados ataques que desgraciadamente suceden con más violencia. El 29 de julio 1946 tuvo lugar en Palestina lo que los británicos bautizaron como Operación Agatha y la memoria judía recordó como Black Sabbat (Sábado negro). Aquel sábado y durante los días siguientes, soldados y policías arrestaron por toda Palestina a miles de judíos sospechosos de mantener algún vínculo con el terrorismo. Sin embargo, lo peor estaba por llegar, el Movimiento de Resistencia Hebrea confirmó ser el autor de la explosión de la bomba en el interior del hotel King David en la que pereció Marcus Bonnard, momento en el que Sira sintió las premonitorias contracciones de su bebé.

María Dueñas sitúa la segunda parte de la novela en Gran Bretaña, exactamente en Londres, lugar de residencia de la suegra de Sira, lady Olivia Bonnard. Ella acoge a su nuera y nieto, Víctor, en su casa, tras la evacuación de ambos de Palestina, The Boltons, en un ambiente de racionamiento y restricciones de suministros. La idea de Sira era instalarse en Marruecos donde vivía su madre y amigos, pero la imposibilidad de viajar en un invierno glacial la frenaba, así como las gestiones derivadas de la pensión y herencia de su marido. La recogida de un paquete con enseres personales, entre ellos su radio, por parte de Nick Soutter, en la sede de la BBC, acerca a Sira de nuevo al mundo de la comunicación sacándola física y mentalmente de su micromundo actual con el posible compromiso de tres intervenciones para la emisora del servicio latinoamericano, colaboración que tampoco se producirá (dada la intervención de la mujer de Nick). Sí, en cambio, se materializará el contacto establecido por el Servicio de Inteligencia Británico con ella para proponerle una nueva misión, ser la informadora y observadora cercana de Eva Duarte, la esposa de Juan Domingo Perón, el presidente de Argentina, bajo la cobertura de la BBC en su viaje a España invitada por el general Franco. Su nuevo nombre de reportera será Livia Nash.

Eva Perón (08 junio 1947)
El regreso a Madrid supone para Sira el reencuentro con el pasado y su adaptación a su presente labor. Mientras ella representa el papel asignado y se aloja en el Club de Prensa, Víctor y Philippa (su cuidadora), viven en el domicilio de su padre, Gonzalo, en Hermosilla. Sira recaba las noticias publicadas sobre Argentina, un país que había supuesto para España un balón de oxígeno en su paupérrima economía, ofreciendo carne y huevos, cueros, créditos financieros y un poco de esperanza. 
La llegada de Eva Perón el 8 de junio 1947 al aeropuerto de Barajas implicó un enorme despliegue tanto militar como civil y, por supuesto, un gasto desmesurado como la iluminación de las fuentes de Cibeles y Neptuno. 



Salón del Trono (Palacio Real)
Sira inicia el ritmo frenético en el seguimiento de la estancia de la primera dama. Desde el salón del Trono del Palacio Real contemplará el lujo y boato que la acompaña siempre tal es el acto de la condecoración de Isabel la Católica. Sira tratará de cumplir con los planes fijados y ganarse la confianza de los miembros de su séquito. Así conoce al naviero Alberto Dodero, principal proveedor de joyas de la esposa del general Perón y también financiero de su viaje. Ramiro Arribas, en un momento de la animada conversación les interrumpe, haciéndose pasar por un hombre de negocios serio, con el nombre de Román Altares.

Alhambra de Granada
Sira logra dirigirse al Palacio del Pardo, con el chófer de Dodero. Su objetivo es hablar con dos modistas y así enterarse de la planificación del calendario del viaje y si en él está confirmada la visita a Gran Bretaña. El azar hizo que el peluquero de Eva Perón se cruzara en su camino y fuera su intermediario. De este modo supo que todavía no había recibido una invitación formal del Palacio de Buckingham. Tras esta exitosa incursión, Sira asistirá a múltiples actos y veladas (hotel Ritz en Madrid, Alhambra de Granada, hotel Majestic en Barcelona) donde coincidirá con gente que le facilitará información para su esperado reportaje lidiando con numerosos obstáculos, entre ellos el chantaje de Ramiro, con posibles secuestros familiares y otras amenazas, si no conseguía su ambicioso propósito. Sira contará con el apoyo de su primer novio, Ignacio Montes, funcionario de policía, para desenmascarar al traidor que había trastocado su vida al haberse llevado a la joven modista con artimañas cuando Ramiro era gerente de la casa Hispano Olivetti. El viaje de Eva Perón toca a su fin. La prensa internacional publica que España había gastado más de un millón de dólares en aquel descomunal agasajo. Sus siguientes destinos fueron Italia, Francia, Mónaco, Portugal y Suiza.

Medina de Tetuán (Paloma Blanca) Foto: elmundook.com
La cuarta parte de la novela se dedica a Marruecos, lugar al que se dirige Sira con Víctor y su nanny tras una breve estancia en Londres para reportar su trabajo y grabar la intervención de la BBC. A su llegada a Tánger les esperaba su amigo Félix Aranda quien les acompañará a Tetuán donde la madre de Sira; Dolores, residía. Sin embargo, la idea de Sira es buscar una casa grande de alquiler en Tánger. Ha aceptado una nueva misión en la que debe colaborar con una entidad aseguradora en estimar el valor de unas esmeraldas y sopesar los límites de la cobertura. 


California (EEUU)
Para ello, necesita relacionarse y acercarse al imperio de Barbara Hutton, millonaria estadounidense, heredera de los almacenes Woolworth, que estuvo casada con el actor Cary Grant entre 1942 y 1945, uno de sus 7 maridos. La habilidad innata de Sira le permitirá introducirse en el palacio de Sidi Hosni y llevar a cabo su objetivo al rimo de las máquinas de coser con un encargo de moda marroquí para la princesa que la llevará a adquirir telas exclusivas a Gibraltar. Allí experimenta una agradable sorpresa, el reencuentro con Nick Soutter; y a su regreso a Tánger, una terrible, la desaparición de Víctor y su nanny. Los indicios señalan a Ramiro Arribas. Las intervenciones del comisario Claudio Vázquez y Nick Soutter serán determinante para mandarle a prisión.

“Sira” es una novela con final feliz cuya protagonista hemos conocido a través de “Tiempo entre costuras”, siendo joven e ingenua, cegada por un amor pasional que la hará abandonar su sencilla cotidianeidad viéndose involucrada en labores de espionaje hasta convertirse con el paso de los años en una mujer fuerte y protectora de su familia, continuo pilar. Su pronta viudedad y ser madre la transforma. La cruel realidad que vive en una época marcada por las guerras la impulsará siempre a buscar el bienestar de los suyos sabiendo moverse con elegancia e inteligencia por diversos ambientes hasta volver a encontrar un amor bueno y generoso.

María Dueñas describe interesantes episodios históricos a lo largo de sus 635 páginas que nos hacen recordar fechas tan importantes como el 15 de agosto 1947 que supuso el principio del fin del Imperio británico. La India obtiene su independencia y emergen dos Estados, Pakistán e India, con un inicio sangriento. Lo mismo ocurre en Palestina, la madrugada del 14 al 15 de mayo 1948 expiraría el Mandato Británico sobre ella. La Asamblea General de las Naciones Unidas había acordado la partición de Palestina en dos Estados, uno judío y otro árabe. Nacía así el Estado de Israel y el amargo conflicto que dura décadas.

Dedicatoria de mi suegro
Este libro tiene además para mí una connotación sentimental a la que ya aludí en el homenaje que le dediqué a mi suegro con motivo de su fallecimiento. En él explicaba que me lo había regalado en el puente de diciembre 2021 al que acudí a Madrid con mi marido para pasarlo con él, Eduardo, y mi suegra, Mila. Es precisamente su dedicatoria la que observo ahora, con un trazo muy longevo, el de los 92 años con los que se fue el pasado 
el 13 de mayo 2022. No señaló la fecha, pero yo la recuerdo con nitidez, así como el hecho de que, a pesar de su dificultad al caminar, quisiera ir a comprar “Sira” a la librería Gaztambide y asegurarse su entrega. Para Syra con mucho cariño de Eduardo y Mila, rezan exactamente las palabras. Lo escribió con y porque, aunque en mi DNI consta Sira con i latina, sabía que, exceptuando en gestiones burocráticas, yo siempre firmo Syra como el título del poema que me dedicó mi padre hace años.

Al leer “Sira” busqué por curiosidad su santoral. La gente se sorprende cuando les felicito en el día de su santo. Así sucedió con un compañero docente al conocerle y presentarse como Eduardo. Enseguida le dije: -Tu santo es el 13 de octubre y me miró estupefacto….- Igual me he quedado yo al comprobar que Santa Sira es el 8 de junio, fecha en la que nació mi hijo Eduardo Luis (08.06.1999) y fecha en la que falleció mi abuela Cary (08.06.1990), a la cual le debo mi nombre. Ella vivió en Tetuán y Larache con motivo del destino militar de mi abuelo Luis Jiménez-Pajarero Miranda en el Protectorado Español de Marruecos. Cuando nací, mi padre, cumplió su deseo.

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