El arte de pensar, de José Carlos Ruiz

El 8 de enero, mientras entregaba el libro de mi anterior lectura en la Biblioteca Municipal del Centro Cívico en Arrecife,  me fijé en el ensayo "El arte de pensar" de José Carlos Ruiz, publicado por la editorial BereniceSu autor nos habla de cómo los grandes filósofos pueden estimular nuestro pensamiento crítico.

Editorial Berenice

En su introducción, José Carlos Ruiz afirma que la felicidad se ha convertido en la actual sociedad en un instrumento de tortura, instándonos a buscar nuevas dosis de consumo experiencial. El resultado es una felicidad sentimental, emocional y ligera que nos hace caer en la hiperactividad. Asimismo asevera que se ha impuesto la dictadura de la acción frente a la reflexión y  considera que:

pensar bien, como todo elemento de valor, es un arte, y necesita muchas horas de trabajo y esfuerzo

Educar a personas equilibradas,  que sean capaces de comprender y controlar sus emociones y que, al mismo tiempo, tengan la habilidad de hacer eso mismo con sus semejantes, -explica este profesor universitario- ha sido el objetivo de la educación desde la Antigüedad. Platón y su discípulo Aristóteles coincidían en que el buen uso del pensamiento crítico era la única vía para lograrlo, el cual se fundamenta en las circunstancias y el contexto.


José Carlos Ruiz define la felicidad como un modo de ser en la vida que implica saber adecuadamente para poder distinguir las cosas que nos benefician de las que nos perjudican. Señala que la higiene mental preventiva es la solución para evitar el sentimiento de desgracia siendo posible, tanto explicarla como aprenderla, a través de los detalles de la vida cotidiana.

En la página 28 se menciona una frase del filósofo francés Michel Onfray

"Todos nacemos filósofos, pero solo unos pocos tienen la suerte de seguir siéndolo cuando crecen"

Esta disciplina es la mejor arma contra la infelicidad, la ansiedad, la depresión, las frustraciones, el sufrimiento y el miedo. En la mayoría de las ocasiones, en lugar de construir nuestro camino, nos dejamos llevar por los caminos de otros. Es importante saber nuestro ideario vital y reconocer la filosofía como "amor por el conocer".

Resalto una reflexión que hace el autor sobre el modelo de vida elegido tipo césped o árbol. En nuestra sociedad prima la inmediatez como el césped que tiene la ventaja de crecer rápido y posee una raíz frágil; sin embargo, la semilla del árbol tarda mucho en germinar y necesitamos años para disfrutar de su sombra, pero al alcanzar la madurez, su tronco será fuerte y capaz de dar sombra a las personas que se acerquen, además de cobijo a los animales en sus ramas. Si logramos tener una felicidad enraizada, como la del árbol, no solo seremos felices de manera reposada y segura, sino que además ayudaremos a que las personas que se acerquen a nosotros puedan disfrutar de nuestra sombra, de nuestro tronco, y tengan un lugar donde refugiarse cuando lo necesiten. (página 37)

Spinoza, en su libro "Ética", pone de manifiesto la conexión entre las emociones y la razón. Lo esencial es el modo en el que enfocamos y resolvemos nuestro pensamiento, la idea que nos hacemos de lo que sucede. 

Por otra parte, es importante darse cuenta de que si uno usa de manera inteligente el interruptor del pensamiento crítico, no solo hará que su vida sea más plena, auténtica y feliz, sino que además será capaz de hacer que la vida de las personas que están a su lado pueda mejorar. Por ejemplo, mantener una relación de pareja por muchos años, y que además sea una relación feliz y satisfactoria para las personas involucradas, implica un nivel de inteligencia muy alto. Necesita que el interruptor se accione de manera constante para entender a la otra persona. (pág. 45)

¿Qué motivos impiden someternos al sano ejercicio del pensamiento crítico autónomo? Según Kant (1724-1804), la pereza, la comodidad y la cobardía. Es célebre su frase: "Atrévete a pensar". Para Sócrates, el mal era una consecuencia directa de la ignorancia.

La toma de decisiones es abordada bajo la visión del profesor Barry Schwartz, que escribió el libro titulado "La paradoja de la elección". El valor de la contradicción es ejemplificado constatando que estamos en una época donde los extremos de la paradoja parecen vivir con toda normalidad. 

La filósofa Victoria Camps (Barcelona, 1941) publicó en 2016 el ensayo "Elogio de la duda" que reivindica la necesidad de dudar para mejorarnos no solo a nosotros, sino también al mundo en el que estamos. Dudar es una incomodidad a la vez que un esfuerzo, implica gasto de energía y de tiempo, y la sociedad de la inmediatez no está por la labor de promocionar la duda. (pág. 95)

José Carlos Ruiz nos acerca también al escepticismo del filósofo griego Pirrón de Elis quien buscó una vida tranquila y serena, meta de su felicidad. Es una actitud a la que él llega y no tanto un punto de partida. Tenía claro que el ánimo calmado con él y los demás era el logro de evitar las opiniones y emitir juicios que pudieran perjudicarlo.

Michel de Montaigne (1533-1592), creador del género ensayístico, tuvo mucho éxito porque entre otras cosas se refería a la cotidianidad y la sencillez que rodea a las personas que hacen cosas normales. En nuestra sociedad hipermoderna se realza lo extraordinario y esta obsesión por lo singular, lo exclusivo termina pasándonos factura hasta el extremo de denostar lo que realmente es importante y vital en nosotros: lo ordinario, lo repetitivo. 

José Ortega y Gasset

Sobre Ortega y Gasset (Madrid, 1883-1955), José Carlos Ruiz asevera que es un pensador muy claro en sus exposiciones. En 1914 publica su primera obra "Las meditaciones del Quijote" donde deja entrever su idea en relación a la importancia de la perspectiva a la hora de enfocar la vida.  

Fundador de varias revistas, entre ellas "Revista de Occidente", instrumento social y cultural contra la dictadura de Primo de Rivera (1923). Durante la guerra civil española, Ortega y Gasset se exilia en Argentina, París, Holanda y Portugal. Una persona involucrada que recibe reconocimientos en el extranjero y cuya célebre frase "Yo soy yo y mi circunstancia" sintetiza parte de su filosofía. Es decir, no perder tus raíces. 

Aristóteles consideraba que la virtud se adquiere por la práctica de hábitos buenos y se encuentra en el término medio, aplicando el sentido común. Los extremos son los desencadenantes de desequilibrios, como el perfeccionismo que puede provocar la ansiedad.

Otro de los filósofos que conocemos de la escuela cínica es Diógenes de Sinope (Turquía-Grecia, 412-323 a. de C) que logró aunar pensamiento y vida de manera ejemplar, demostrando ser coherente. De Sócrates (Atenas, 469-399 a. de C.) todos los historiadores coinciden en su don para la retórica y la oratoria. Sin embargo, el hecho de alentar a los jóvenes de familias poderosas de Atenas a cuestionarse la filosofía de vida le convirtió en un elemento subversivo para la estabilidad y fue condenado a muerte.

Alain de Botton (Suiza, 1969) define a la persona "esnob" como alguien que te evalúa con una característica que suele estar asociada a la actividad laboral y al estatus social, quedando la personalidad en segundo plano. El amor incondicional de los padres es justamente lo contrario.

En "El arte de pensar" se reflexiona sobre otros aspectos como:

  • la creación de falsas esperanzas citando ejemplos singulares como el éxito del empresario Amancio Ortega. Si no activamos el pensamiento crítico brota esta especie de virus que hace a la gente fantasear despierta y obnubilarse con ilusiones que van más allá de sus posibilidades. 
  • la envidia: En palabras del premio Nobel de Literatura Bertrand Russell (Reino Unido,1872-1970): "Entre todas las características de la condición humana normal, la envidia es la más lamentable; la persona envidiosa no solo desea hacer daño y lo hace siempre que puede con impunidad; además la envidia la hace desgraciada. En lugar de obtener placer por lo que tiene, sufre por lo que tienen los demás. Si puede, privará a los demás de sus ventajas lo que para él es tan deseable como conseguir esas mismas ventajas para sí mismo". 
  • la culpa: sentirse a gusto con uno mismo es la base de la felicidad. Russell recomienda como terapia prestar interés a lo que está en nuestro exterior.
  • dolor emocional: en la vida real existen muchos factores imponderables que nos provocarán desazón, desánimo, dolor, decepción, angustia, ansiedades y alguna que otra depresión. Es decir, olvidamos educar también para el sufrimiento.
  • el miedo: Una emoción política que es un arma de control, la gran educadora de la humanidad
  • el estoicismo: es muy útil como escuela de vida orientada a la serenidad, la calma y el autocontrol (aconsejan enfrentarse a la tristeza de frente, no esquivarla ni ocultarla tras la esperanza de que el tiempo la haga desaparecer, sino tomar las riendas de tu vida y ser plenamente consciente de la misma). Se relaciona con Epicteto, un esclavo que se convirtió en filósofo y en hombre libre. Su principal enfoque es diferenciar las cosas que dependen de mí y las que no dependen de mí. Por ejemplo, el miedo, la aversión, es algo que depende de nosotros, de modo que tenemos que saber evitarlo y no luchar contra él.
  • la ira: Hay que desarrollar una enorme fuerza de voluntad para controlar la ira que aparece porque medimos las situaciones, las opiniones y a las otras personas pensando que nuestro rasero de medir tendría que ser el mismo para todos. De modo que cuando alguien no es capaz de comprender las cosas como nosotros creemos que debería verlas o entenderlas, terminamos enojándonos o despreciándolo. Mandela estuvo en prisión 27 años y cuando salió, decidió que lo que había sucedido era porque tenía que suceder y aceptó el pasado y el destino.

Gracias sinceras a José Carlos Ruiz por haber escrito "El arte de pensar" cuyo propósito, concluye, no ha sido otro que el de:

 reclamar la importancia de aprender a pensar bien para llevar una vida equilibrada y feliz

Sobre el autor

José Carlos Ruiz
José Carlos Ruiz (Córdoba, 1975) se doctoró en Filosofía contemporánea con una tesis sobre el hiperindividualismo. Es licenciado en Filosofía por la Universidad de Sevilla y terminó sus estudios en la Facultad de la Sorbona (París).

Imparte docencia en la Universidad de Córdoba y en EE.MM. Especialista en Pensamiento Crítico ha dirigido cursos sobre Educación Crítica Visual y el uso del Pensamiento Crítico en el Aula. Como investigador sus intereses pasan por la Filosofía de la Cultura, el análisis de la Sociedad Hipermoderna y la aproximación de la Filosofía a lo cotidiano.

De entre sus publicaciones destacan: "De la categoría de lo social hacia la categoría de lo individual" (UCO, 2010), "Historia de la Filosofía" (McGraw-Hill, 2013) y De Platón a Batman: Manual para educar con sabiduría y valores (Toromítico, 2017). Es colaborador habitual en prensa y suplementos culturales y ha ejercido de Asesor Filosófico en Radio.

1 comentario:

  1. Una magnífica exposición y un análisis pormenorizado y certero, como siempre son los tuyos. Enhorabuena, amiga Syra. Da gusto leer tus crónicas. Un fuerte abrazo con toda mi admiración. Asunción

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"Para mi la escritura es un camino espiritual" (Rosa Montero) "Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"(José Saramago) "Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos" (Ortega y Gasset) "Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia" (Epicteto) "La ingratitud es el precio al favor inmerecido" (Ignacio Manuel Altamirano) "Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado" (Marcel Proust) "Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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