"Nada" de Carmen Laforet

Hoy, 24 de octubre, se celebra el Día Internacional de las Bibliotecas y una de las novelas que forma parte de ellas desde hace más de 6 décadas es "Nada" . Su autora, Carmen Laforet (1921-2004), ganó con "Nada" la I Edición del Premio Nadal en el año 1944.
El pasado 7 de septiembre, durante una breve estancia en Madrid, me acerqué a la Casa del Libro a buscar unos manuales para el departamento de Hostelería y Turismo del IES Zonzamas, Centro Educativo en el que trabajo en la actualidad en Lanzarote. Tras cumplir con mi objetivo pasé a una de las salas dedicada a la Literatura; fue entonces cuando volví a reencontrarme con la portada y el deseo de leer este libro publicado en una etapa marcada por la posguerra y múltiples carencias.

Editorial Austral 
La protagonista es una joven, Andrea, que se traslada a Barcelona para estudiar Letras en la Universidad. Allí reside en el piso de su abuela situado en la calle Aribau. La convivencia con sus tíos, Román, Juan y Angustias, harán de su estancia un periodo vacío y opresivo. La miseria y la soledad reinan en un hogar habitado por seres heridos, desquiciados y violentos. La figura de la abuela con sus pequeños detalles hacia Andrea (como sacrificar algunos mendrugos de pan de su ración diaria) es el único rescoldo feliz. Los demás, egocéntricos y autoritarios, compiten por mantener su espacio en la que fuera, antes de la guerra, opulenta casa y testigo de caprichos.
La amistad de Ena, compañera de Universidad, supone para la tímida Andrea consuelo y alivio. Ella representa la luz y el reflejo de un hogar basado en el amor y el equilibrio frente a la pesadilla que se cierne en el misterioso piso de la calle Aribau.
En un ambiente tan hostil y desolador, con paredes rezumantes de secretos de familia y alcoba, Andrea sueña con vivir las experiencias alegres y románticas que debería una joven de 18 años. Una carta de Ena desde Madrid, ciudad a la que se ha mudado, cambiará su hasta ahora gris destino. Se le brinda la oportunidad de trabajar en el despacho del padre de su amiga y vivir un tiempo con ellos para poder sufragar los gastos de la Universidad. Andrea aceptará el ofrecimiento y abandonará el piso de su abuela sin llevarse...  nada.



Carmen Laforet
Al consultar en Internet los datos biográficos de Carmen Laforet he leído un artículo en el diario Norte de Castilla escrito por su director, el periodista Carlos Aganzo, que me ha confirmado el sorprendente poder de los astros. Y es que no encuentro otra manera de explicar el saber precisamente hoy que Carmen Laforet eligió la misma localidad abulense que mi padre, Arenas de San Pedro, para inspirarse en compañía de sus perros. Y así, al abrigo del Valle del Tiétar, nace "La mujer nueva" en los años 50.

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"Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"
José Saramago
"Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande,
sólo es posible av
anzar cuando se mira lejos"
Ortega y Gasset
"Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia"

Epícteto

"La ingratitud es el precio al favor inmerecido"

Ignacio Manuel Altamirano

"Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado"
Marcel Proust
"Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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