El pensamiento de José Saramago: Ser humano, Dios y Sociedad - Asunción Muñoz



Conocí a Asunción Muñoz Moreno el  20 de octubre de 2011, con ocasión de la charla-coloquio que impartió en Lanzarote con el título "El concepto de Hombre en la obra de José Saramago"
Desde la muerte del escritor portugués, el 18 de junio de 2010, coincidente con la última clase de la Doctora en Filosofía en el Instituto Cervantes de Madrid, Asunción, profunda conocedora de la obra del Premio Nobel, se ha dedicado a estudiarla aún más. 
Fruto de toda esta labor, costosa pero apasionante, como explica ella misma en la introduccion, nace el ensayo "El pensamiento de José Saramago: Ser humano, Dios y Sociedad", publicado por la editorial Adarve.

Dibujo: Asunción Muñoz

Tras una pequeña nota biográfica y un dibujo a lápiz, realizado por la autora, del semblante bondadoso y lúcido de José Saramago, Asunción efectúa un preámbulo de la personalidad extraordinaria del literato en cuya infancia destacaba ya su solidaridad y sensibilidad, con una gran empatía hacia los demás, como demostró hasta sus últimos años en los que siguió con la convicción de hacer llegar a la gente sus ideas sobre el mundo, la justicia y la dignidad del hombre.

El ensayo se estructura en tres partes con numerosas referencias a la bibliografía del escritor portugués, por medio de las cuales la Doctora en Filosofía nos lleva a interpretar con exactitud el pensamiento saramaguiano. Son también frecuentes los vínculos con discursos del Premio Nobel, intervenciones en medios de comunicación, textos en su blog y demás reflexiones en artículos de prensa. Mencionaré solamente algunas ideas, de las expuestas por Asunción Muñoz, para no desvelar todo su contenido y que sea el lector quien se detenga libremente en él.

En la primera parte se plantea qué es el ser humano para José Saramago. Tomando de referencia el libro "Las pequeñas memorias", al que Asunción considera envuelto en pura poesía, se vislumbra la conciencia social del escritor al encontrarse con la terrible realidad de un mundo cruel, insolidario y materialista. También nos recuerda que Saramago fue un niño que luchó contra su destino y así lo hizo durante toda su vida. 

Otro aspecto destacado es la importancia del respeto en las relaciones humanas como base fundamental de la sociedad, con un mensaje en el que prima la perentoriedad sin proyección hacia el futuro ni recuerdo del pasado. Se resalta asimismo la circunstancia de que la mayoría de los personajes masculinos de la obra de Saramago sean solitarios, hecho que influye en su espíritu complejo y contradictorio. Asunción ahonda en la perspectiva del escritor portugués sobre el ser humano, citando la insatisfacción, cobardía, agresividad e irracionalidad incomprensibles, su pesimismo esperanzado, la irrepetibilidad e inefabilidad, y la dignidad por encima de todo. Esta palabra es precisamente la que eligió la doctora en Filosofía para que formara parte del opúsculo publicado en 2012, "90 años 90 palabras" (Ed. Caminho) auspiciado por la Fundación José Saramago para conmemorar el natalicio del Premio Nobel (16 noviembre 1922).

En su segundo capítulo, sobre la esencia humana, Asunción hace hincapié en la dificultad que tiene el hombre para conocerse a sí mismo, en nuestra responsabilidad ante los otros y a nivel individual, terminando este análisis con el enfrentamiento del instinto, de lo sensible con lo racional.

El concepto de Dios en Saramago, segunda parte de este ensayo, supone una serie de conclusiones de la autora entre las que sobresale el ateísmo pacífico del literato poniendo de relieve que: 

Saramago no está contra un dios en el que no cree, sino contra el abuso que las instituciones religiosas han venido haciendo y hacen de los hombres que de buena fe confían en esa tabla de salvación que es la eternidad prometida

Por ejemplo, en la justificación de la guerra se asevera que la historia ha demostrado que no hay nada que impulse a los hombres con mayor agresividad a la lucha contra el enemigo, que el convencimiento de que Dios avala su causa.

En cuanto al concepto de Sociedad, Asunción Muñoz nos recuerda la preocupación de Saramago, desde muy joven, por la injusticia y la conciencia de la falta de solidaridad entre las personas, motivo por el que se ha empeñado siempre por mejorar esa situación social. No es de extrañar la afirmación de que el escritor portugués no se sintiera identificado con la sociedad en la que vivía, considerándola más bien una falsa democracia.

La autora extrae opiniones muy relevantes de la obra saramaguiana como la que subyace en "Ensayo sobre la lucidez" sobre la extraordinaria fuerza que los ciudadanos poseen como conjunto, única vía de solución al actual sistema, y la de la población manipulada por el poder. En todas las páginas está muy claro el constante llamamiento a la ciudadanía para que despierte del estado de ignorancia e indiferencia en que se encuentra sumida.

Asunción Muñoz nos describe la crítica severa realizada por Saramago a los estamentos del poder, aludiendo a su incapacidad para actuar correctamente en situaciones de emergencia. Es destacable también la que efectúa a los medios de comunicación como la siguiente que consta en "La balsa de piedra":

Las noticias son palabras, nunca se llegará a saber si las palabras son noticias

Es encomiable el trabajo que ha llevado a cabo Asunción Muñoz en este ensayo para elegir, resumir e interpretar las innumerables ideas que sobre el Ser humano, Dios y Sociedad ha pronunciado José Saramago. Por otra parte supone un viaje filosófico y literario de gran valor, ya que la autora nos guía sabiamente por la dilatada obra saramaguiana, abriendo las maletas del viajero durante toda su interesante trayectoria. 

Resulta difícil poder estructurar con tanto orden, como lo ha hecho la Doctora en Filosofía, la gran cantidad de temas que surgen al adentrarse con rigor en la bibliografía citada. La autora consigue el objetivo prefijado, es decir, mostrar con este análisis qué pensaba Saramago sobre los hombres y las mujeres, cuál era su idea de Dios, de la Sociedad en que vivimos y hacia dónde se dirige.

Felicito a Asunción Muñoz por su exhaustivo estudio en el ensayo "El pensamiento de José Saramago. Ser humano, Dios y Sociedad", publicado por la editorial Adarve, un innegable reto que la autora quiso hacer coincidir con el 10 aniversario de la muerte del escritor portugués en "A Casa" y que presentará en un futuro cercano en Lanzarote.

Leyendo en Lanzarote
Para mí ha sido un inesperado reencuentro con muchos de los libros del Premio Nobel. Me ha inducido con sumo placer a buscar anteriores anotaciones con respecto a su contenido en el espacio dedicado a José Saramago de este blog. 

 
Invito, a través de este ensayo, a comprender la concepción que del mundo tenía José Saramago y la actualidad de los problemas que plantea, en el que cada pensamiento elegido por Asunción Muñoz nos enriquece.


Se dice que cada persona es una isla, y no es cierto, cada persona es un, eso, un silencio, cada una con su silencio, cada una con el silencio que es
José Saramago ("La Caverna")

NOTA:
Hoy 9 de agosto se cumplen 25 años de la reflexión de José Saramago en "Cuadernos de Lanzarote I" sobre el hecho de haber terminado de escribir la novela "Ensayo sobre la ceguera" (pág.634). Una asombrosa pandemia que este año 2020 coincide con otra que desgraciadamente estamos viviendo, la COVID-19.


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"Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"
José Saramago
"Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande,
sólo es posible av
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Ortega y Gasset
"Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia"

Epícteto

"La ingratitud es el precio al favor inmerecido"

Ignacio Manuel Altamirano

"Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado"
Marcel Proust
"Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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