El buen padre

Cuando asistí al I Certamen de Novela “La Balsa de piedra” que se falló en el teatro municipal de San Bartolomé en Lanzarote, el 15 de abril de este año, ya la intuición me decía que un libro con este título debía contener un interesante argumento.

Conocí a su autor, Esteban Navarro, al que me dirigí para darle la enhorabuena por haber conseguido que lo que un día comenzara por un sueño tuviera felizmente la forma de un LIBRO y, en este caso, galardonado.

Una portada con dos elementos: un delicado y diminuto calzado rosa con un diseño de dos corazones que aparece unido a unos grilletes metálicos. ¿Qué desea trasmitir?





Esteban Navarro


Leo la biografía de Esteban y me detengo en los términos “escritor vocacional y policía de profesión”.
Sin duda su trayectoria hace, aún si cabe, más verídica la historia que nos cuenta en 33 capítulos.

Y así es. Desde que inicio su lectura, casi a modo de guión, voy visionando una a una de las escenas que tienen como punto de partida la Comisaría Centro de Madrid. Sus protagonistas principales: Moisés Guzmán, veterano policía nacional; el matrimonio formado por Gabriel Cortés y Elisa Méndez con su hija Belinda.
Una mañana de marzo, un lunes al mediodía, la llegada de un detenido sin identificación y su mirada, reflejo de sufrimiento, supondría un certero cambio en la vida de Moisés.
La felicidad de una familia de clase trabajadora de Medellín es cortada de raíz una cruel noche de agosto en la que el inesperado timbre de la puerta es vaticinio de una pesadilla.
Unos sicarios secuestran a la niña de 7 años, de pelo rubio y bellos ojos azules, ante la impotencia de sus padres y vecinos con el propósito de venderla a un matrimonio español. Tras la pista que un amigo les da sobre el posible paradero de la niña, Gabriel se aventura a ir a España para buscarla. Averigua su dirección pero necesita los documentos que acrediten que es hija suya y así interponer una denuncia. Le pide a Elisa que se los mande a un apartado postal. Precisamente la llave que lo abre y su intento de posesión, en el cementerio de Vallecas, será lo que motive que Gabriel entre en prisión. Allí conocerá a Moisés, policía nacional, a cargo de los detenidos.
No puede imaginar Gabriel que la persona que está detrás del secuestro es Albert Nebot, ministro del Interior, compañero de Universidad del médico de la prisión al que citará para obtener información y al que ha elegido como cebo. Le mentirá diciéndole que Belinda ha muerto para que así desista en su empeño de seguirla buscando. Así lo hace Anselmo, el médico, asegurando que la niña ha muerto en la selva de Colombia y la madre, al enterarse,  había optado por quitarse la vida. Gabriel encuentra todo difícil de creer y disiente alzando la voz lo que es interpretado por el médico como una crisis de ansiedad para lo cual le administra unas pastillas que él rechaza. La situación se agrava y finalmente el doctor inyecta una dosis sin haberla dosificado para calmar  a Gabriel. De nada le valió llamar a Moisés, Gabriel es inmovilizado por dos policías jóvenes y su cuerpo recibe otra carga con una segunda inyección que le provoca una mortal reacción. El médico lo oculta haciéndolo pasar por un suicidio.
Es Moisés quien al día siguiente descubre el cuerpo de Gabriel y se siente afligido y culpable ya que no daba crédito a que se hubiera suicidado. Se avisa al médico forense y al de la comisaría, Anselmo Sánchez, quien miente certificando que lo dejó durmiendo tras una dosis de diazepan.
Sin duda la muerte de Gabriel marca profundamente a Moisés. Tras visitar a Mario Herrero, el forense, y estar presente en la autopsia, sufre un desvanecimiento por lo que es trasladado al hospital. Allí Cesario, el inspector de servicio, le manifiesta su decisión de seguir investigando la muerte de Gabriel.
Mientras tanto en Medellín aparece el cuerpo sin vida de Abel Arango. En el registro un sobre desvela la implicación del empresario en el secuestro de Belinda, el paradero de la niña en España e incluso un cheque del Banco de crédito de Colombia para Gabriel Cortés. Con esta cantidad decide Elisa emprender viaje a España.
La rutina vuelve a la vida de Moisés sin que pueda olvidar el suceso tan amargo vivido. De nuevo un dolor agudo lo paraliza. Segundo ingreso en el hospital.  Tras sufrir una angina de pecho Moisés cuida más su salud. Un viernes por la tarde se dirige a un bar de la calle Ibiza a tomar una copa . Allí entabla conversación con Soraya, una chica rumana.
Ya en Madrid, Elisa, intenta regularizar su situación con la empresa de colombianos que ofrecen servicios de abogados, Columsos. Mientras tanto Belinda ya se ha adaptado al hogar de los Nebot que cree es provisional y prepara las vacaciones en un pueblo de la costa catalana con Patricia Suárez, su nueva madre, con la que guarda asombroso parecido. Sin embargo, la muerte de Gabriel Cortés en la comisaría centro no ha pasado desapercibida y Albert Nebot es presionado para ir a esclarecer el asunto por que lo que se crea una comisión de investigación.
Los recursos de Elisa se agotan y la preocupación por su situación ilegal se agrava hasta ser detenida definitivamente por la policía. Es interrogada y, aunque saben que no es una delincuente, el trato es muy hostil. Es la empresa Columsos quien paga la fianza siendo puesta en libertad. No sabe Elisa todavía que tendrá que pagarles el rescate alternando en el Bar Piscis de la calle Ibiza, el mismo al que Moisés se acerca la noche del primer servicio.
Sus ojos tristes serán los que atraigan a Moisés. El policía confía en ella y la lleva a su casa en la que se enterará de la relación con Gabriel y Belinda. Esta vez se promete no fallarle y ayudar a Elisa a encontrar los documentos enviados por ella desde Colombia para denunciar la desaparición de su hija. Se dirigen a la oficina de Correos a recoger el sobre que Elisa enviara a Gabriel pero tras un serio incidente con un empleado éste avisa al número facilitado por el inspector Jacinto Matos, policía corrupto, y son perseguidos. La larga experiencia de Moisés hará confundir a los agentes que piensan que Elisa está en el Parque del Retiro. En su huída son interceptados por una patrulla de policía y Moisés consigue hacerles creer que ha sido él quien la ha detenido pidiéndoles incluso el coche para trasladarla. Jacinto Matos los abordará pero la inteligente propuesta de Bruno Rasposo, el policía que conduce, salvará la difícil situación.
La adopción legal de Belinda es un hecho a finales de julio pero la publicación de un artículo en prensa , con la noticia del fallecimiento de Gabriel y su foto. hará que la niña lo descubra. Patricia pedirá explicaciones a Albert dándose cuenta de que ha sido engañada; desea entonces devolverla a su madre legítima a pesar de ser consciente de toda la repercusión negativa que afectará a su marido. Su objetivo será informar al magistrado de guardia de la Audiencia Nacional de lo sucedido.
La oportuna llegada de vacaciones del presidente del Gobierno, quien ordena la detención del ministro del Interior ante la evidencia de sus implicaciones, propicia que la ley se cumpla.
Finalmente, la justicia se ha inclinado a favor de Elisa y Belinda. Suponemos que madre e hija podrán volver a abrazarse ante la feliz mirada del buen policía y del buen padre desde algún lugar  .......del cosmos.

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"Para mi la escritura es un camino espiritual" (Rosa Montero) "Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"(José Saramago) "Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos" (Ortega y Gasset) "Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia" (Epicteto) "La ingratitud es el precio al favor inmerecido" (Ignacio Manuel Altamirano) "Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado" (Marcel Proust) "Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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