Todos los días tienen su historia: 22 agosto 2008

Han pasado ya 4 años de una experiencia que dio un giro inesperado y oportuno en mi vida. Me refiero a la visita  que realicé en compañía de mis tíos Isa y Juan Manuel, profesores de lengua y literatura, un 22 de agosto de 2008 a la biblioteca de José Saramago en el municipio de Tías.
Había solicitado permiso una semana antes fijándose el encuentro para esa fecha. Precisamente mis tíos habían llegado de Barcelona el día anterior con una demora considerable en un vuelo de Spanair. Estábamos impresionados por el desgraciado accidente del vuelo JK- 5022 en el momento de su despegue desde el aeropuerto de Barajas.  La magnitud de la catástrofe era enorme: 154 muertos y unidades familiares sesgadas para siempre.

A las 10 de la mañana atravesamos la puerta de entrada y contemplamos el olivo, percibimos la quietud del entorno y nos adentramos en el lugar que desde entonces se convertiría en un punto necesario de contacto. La primera impresión fue la de una esmerada organización y una luz natural que permitía fijarse con detalle en su interior respirando su sosiego. El acogedor espacio invitaba sin duda a la ávida lectura pero también al trabajo. Se nos explicó que el Premio Nobel había escrito en ella la novela "El viaje del elefante". Iniciamos una conversación sobre algunas de sus obras y entre otros títulos mis tíos me sugirieron "Las pequeñas memorias" y "Viaje a Portugal". Seguí su consejo y meses después Saramago me dedicaría sus recuerdos de infancia y adolescencia.


 
Aquel 22 de agosto de 2008 me sentí privilegiada porque sabía que se trataba de un acto generoso y empático, por cierto cada vez más raro en un mundo dominado por el materialismo. Ese gesto me indujo a compartirlo de modo que busqué un medio de prensa cultural adecuado para su posible publicación. Y me encontró. Aquella portada de Saramago en la que se podía interpretar tanto: sus ojos reflejaban su constante preocupación por el predominio de la justicia y la bondad frente al atropello de los derechos humanos, su mano firme en actitud de reflexión, los surcos de la edad portadores de innumerables experiencias....

Con mi portátil recién estrenado comencé a teclear la crónica que se convirtió casi en relato. ¡Bendita tecnología! La remití a la redactora por correo electrónico confirmándome que, a pesar de su extensión, estaban interesados en su publicación en el número 19 (diciembre 2008).

Ahora que tengo la oportunidad de expresarme en este blog deseo aclarar que Saramago no tenía en su escritorio un portátil sino un ordenador de mesa, como se aprecia en la foto. Creo que, ilusionada por mi nueva adquisición, utilicé este término ya convertido en anécdota.
El Premio Nobel comenzó el blog de la Fundación a finales de agosto 2008.


Hoy además es el día que también se cumplen 4 años del punto final de El viaje del elefante. Una novela cuyo personaje fundamental es Subrho, guía y cuidador del elefante Salomón, un hombre bueno y sencillo. Elegida para la tertulia que tuvo lugar el mes de marzo 2009, organizada por la Librería Libertad de Tías, y que contó con la asistencia de Pilar del Río. Les sugiero consulten el enlace (clicando en el título) en el que se interpretan algunas ideas de su mensaje. Recuerden que:

"el cielo nos está enviando constantes señales y avisos"

En la actualidad estoy inmersa en varios libros de Saramago. Citaré "Viaje a Portugal" del que resalto la infatigable curiosidad y la gran capacidad de observación de su autor, su anhelo por el conocimiento y el más mínimo detalle, el profundo respeto a las personas que le mostraban los lugares acariciados por la cultura, su extrema sensibilidad por la adecuada conservación de interesantes legados. Lean el inicio de este párrafo:
Pág. 125: Ref. museo de Viana do Castelo - "Destaca el museo, que tiene sus puertas de entrar y salir y, siendo pequeño, contiene, por no hablar ya de otras prendas, la más completa y rica colección de cerámica portuguesa, cerca de mil seiscientas piezas que el viajero no puede estudiar con pormenor o acabaría aquí el viaje. Y tiene más el museo: tal vez por obra, amor y arte de su guía, entallador de oficio". 

C/ Los Topes, 3. (Tías)
 ¿Podría imaginarse el Premio Nobel que el 18 de marzo de 2011 su propio hogar y biblioteca se convertirían en la Casa-Museo José Saramago? Sí, "A Casa" es una realidad y está al alcance de todos. Allí la mano feliz de un hombre de palabra y de palabras está extendida y les aseguro que es una mano ardiente y comprometida. No tienen más que tocarla......

Horario: De lunes a sábados de 10 a 14:30 h (última visita a las 13:30 h)

"Todos los días tienen su historia, un solo minuto daría para contar durante años"

 El aliento de las letras
 

3 comentarios:

  1. Precioso, Syra!! Conmueve la emoción con que lo narras. Un fuerte abrazo, Asun.

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  2. Hola, Syra. Me complace conocer tu blog, que encuentro muy interesante y bastante bien diseñado. Lo he enlazado en el mío.

    Saludos.

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  3. Muy bonito, Syra. Ese Viaje a Portugal... Yo tengo un sueño que espero poder hacer realidad un día: recorrer Portugal siguiendo las rutas que describió Saramago en su libro. Sería precioso ¿verdad? Pues a ver quién se anima. Yo lanzo la idea. Un fuerte abrazo, Asun.

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"Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"
José Saramago
"Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande,
sólo es posible av
anzar cuando se mira lejos"
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"Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia"

Epícteto

"La ingratitud es el precio al favor inmerecido"

Ignacio Manuel Altamirano

"Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado"
Marcel Proust
"Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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