Museo de la Piratería - Rincón Cultural Mayo 2013


UBICACIÓN Y HORARIO
Castillo de Guanapay (La Villa de Teguise)
Horario: lunes a sábados 09 a 16h/ domingos-festivos 10:00 a 16:00h
Cerrado: 25.12/ 01 y 06.01
Teléfono: 686 470 376 / (928) 84.50.01 Ext.74               
Tarifas:
Residentes en el municipio y niños menores de 12 años: entrada libre
Residentes canarios: 1,80 €.
General: 3,00 €.

Castillo de Guanapay
 HISTORIA

Castillo de Guanapay

Su origen procede de una torre de planta rectangular mandada construir por Sancho de Herrera en la primera mitad del siglo XVI con el objetivo de que sirviera de vigía a la costa próxima.
En 1551, siendo señor de la isla don Agustín de Herrera y Rojas, se produjo el desembarco del pirata francés “El Clérigo” y su hijo, el comandante “Cachidiablo”. Se pensó entonces convertir la torre de Guanapay en una fortaleza, añadiéndole otros cuerpos  que sirvieran de refugio ante los invasores y  punto de resistencia para defender la Villa.
Tras el ataque del pirata DogalíEl Turquillo, en septiembre de 1571, llegó a Lanzarote el Capitán don Gaspar de Salcedo cumpliendo órdenes de la Real Audiencia de Canarias. Su cometido era inspeccionar y reformar el Castillo de Santa Bárbara. Proyectó sumar a la muralla dos torreones circulares en los ángulos noroeste y sudoeste. Estas obras finalizaron en 1576, año en el que don Agustín de Herrera y Rojas otorgó el mayorazgo de sus bienes a favor de su hija natural, doña Constanza.
Se suceden nuevos saqueos como el de los capitanes franceses Le Tuste y la Monte en 1581 y el  de Morato Arráez en 1588. Don Gonzalo Argote de Molina, marido de doña Constanza, se ocupó de la restauración del castillo. Por mandato del rey Felipe II será  el ingeniero militar Leonardo Torriani quien la finalice en 1596.
Entre los episodios más sangrientos destaca el desembarco de Tabac Arráez y Solimán acaecido en 1618. Se recuerda el feroz saqueo a Teguise y el secuestro de 900 personas.

Vistas desde el Castillo de Guanapay

Museo de la Piratería
Se inaugura el 25 de febrero 2011. Un recorrido de carácter histórico-lúdico mediante el cual conocemos diversas temáticas:
-   el papel de las Islas Canarias desde la Conquista Normanda con la llegada de Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle en 1402.
-   el inicio de la piratería en el primer tercio del siglo XVI, su continua actividad durante todo el siglo XVII y XVIII hasta su ocaso.
Organizado en dos bloques históricos: el estudio de la piratería en Teguise y la piratería internacional en Canarias (John Hawkins, Francis Drake, Robert Blake). Destacan los cómics y recursos didácticos: paneles explicativos y proyecciones audiovisuales. Además se muestran las armas que se utilizaban en la época, banderas, maquetas de barcos como la de un antiguo galeón español del s. XVIII, una reproducción del centro de la Villa de Teguise y vestimentas de milicias y piratas.

ARQUITECTURA
Su  planta es de forma romboidal. Irregular factura con redientes poligonales y elípticos. Diecisiete peldaños de mampostería revestida que quedan a la altura de la puerta principal. Pequeño puente fijo que da acceso al interior del castillo. Patio con diferentes estancias.

SITUACIÓN ACTUAL

O. Duque, S. Hernández y O. Betancor

El 10 de abril 2013 se abre una nueva sala: “Almirante Nelson” en presencia del alcalde del Ayuntamiento de Teguise, D. Oswaldo Betancor García, la concejal de Cultura, Patrimonio y Turismo, Dª Olivia Duque Pérez, el director del Proyecto Museístico, D. Sebastián Hernández Gutiérrez, y la directora del Museo de la Piratería, Dª Chany de la Hoz Ramos.

Se utilizan dos soportes: 
1º.-  La ilustración y el dibujo. 
2º.- Audiovisual: una película nos describe la derrota y retirada de las tropas inglesas frente al pueblo canario. 


TANA - Pedro Alisedo Goycoa - I Certamen Relatos Cortos de Yaiza 2013

Tana es el relato ganador en la categoría de adultos del I Certamen de Relatos Cortos de Yaiza 2013 organizado por la Asociación Cultural Castillo del Águila y el Todo-arte Grupo de Lectura
Su autor, Pedro Alisedo Goycoa, residente en Playa Blanca y oriundo de Galicia.
Fue leído en voz alta por el presidente del Cabildo, don Pedro San Ginés, en el papel de mago, Cristina Temprano, interpretando a Tana y Aday, y la que escribe ahora, Syra Jiménez-P. Arias, en la figura de narrador.


TANA
El mago se movía despacio sobre la tarima que hacía las veces de escenario. Se explicaba en inglés y alemán, pues ingleses y alemanes eran mayoría entre los clientes del hotel. Era nuestra última noche de unas vacaciones largamente esperadas y aplazadas siempre por mil motivos: trabajo, los estudios de nuestra hija o la delicada salud de Tana, mi mujer, que ahora seguía sus movimientos con ojos risueños y expectantes.
Mientras bajaba con alguna dificultad de la tarima fue realizando el último truco con un largo pañuelo de seda amarilla que recogió lentamente en su puño . Rondaba los setenta y vestía un esmoquin algo gastado y que le quedaba un poco grande, pero conservaba el pelo negro y un aire entre bohemio y aristocrático que le daba un atractivo misterioso. Con el pañuelo ya recogido el mago miró al público y, juntando los dedos de su mano libre, sopló sobre ellos y los abrió. Tana puso su mano sobre la mía y me miró sonriendo.
De la mano que antes escondía el pañuelo salió una paloma que voló aturdida entre los aplausos corteses del público.
- Magia!! dijo Tana encantada.
Sonreí y la miré. Conservaba todavía su belleza isleña, ahora madura, su encanto y ese aire especial de despreocupación infantil que la seguía haciendo, a mis ojos, irresistible.
- Es bueno - dije
- No, no. Es mágico - dijo ella.
Parecía decirlo en serio y yo, sorprendido, levanté las cejas con escepticismo y me encogí de hombros. Nos quedamos un rato en silencio, viendo como el mago recogía sus bártulos y disfrutando de una magnífica noche estrellada y del viento cálido del desierto.
- La magia existe caballero, ¿no lo cree?
El mago tenía la voz profunda, aterciopelada y con un fuerte acento centroeuropeo. Se acercó hacia nosotros con su vieja maleta en la mano sin dejar de mirarme. No había en sus ojos verdes una mirada seria o reprobatoria. Era más bien la mirada de un maestro dispuesto a explicar una lección.
- Todos nacemos con la magia en nuestro corazón. Nacemos en un mundo mágico, señor - El mago levantó la nariz, cerró los ojos e inspiró el aire cálido y dulzón de la isla - ¿O hay algo más mágico que el olor de la piel de nuestra madre? ¿O de la libertad de inventarse mundos únicos, particulares? Por desgracia, la inmensa mayoría de la gente pierde su magia en la niñez. Solo unos pocos siguen guardando un niño dentro. Un secreto. Solo ellos pueden hacer magia. ¿Lo comprende señor?
Le miré sorprendido y asentí amablemente.
- No, no lo comprende. Y no lo comprende porque no lo cree. Piensa deductivamente, con la mente, no con el corazón – se llevó la mano al pecho, negó con la cabeza, la agachó y , con gesto teatral, la levantó lentamente mirando a Tana. - Pero ella... me he fijado en ella. Ella guarda aun un brillo de magia. Mire sus ojos caballero.
Tana permanecía muy quieta, mirando al mago fijamente. Parecía tranquila, concentrada.
- Pero, permita que me presente: mi nombre es Karlier. Besanctus Karlier, y soy mago. Aunque éste no haya sido siempre mi nombre. A veces los hombres deben cambiar de nombre y de piel como los lagartos. Voy a demostrarle que la magia existe. ¿Usted cree que su mujer podría hacer magia? No un truco, no. Magia verdadera, real. Me refiero a algo inexplicable a la razón. Parece usted una persona honesta, un hombre de palabra. Contésteme sinceramente.
Lo miré un instante. No valía la pena mentirle ni mentirme a mí mismo.
- No lo creo – dije.
- Perfecto. ¿Podría tomar asiento?
Asentí y le indiqué la silla frente a nosotros. Se sentó despacio sin dejar de mirar a Tana.
- ¿Su nombre? - le preguntó.
- Tana.
El mago sonrió y afirmó con breves movimientos de cabeza, como si no hubiera esperado otro nombre más que ése. Sacó una baraja del bolsillo.
- Tome esta baraja. Como verá está precintada. Se trata de una baraja francesa. Cincuenta y dos cartas distintas. Cuatro palos: corazones, tréboles, diamantes y picas. Ábrala, por favor, compruebe que así es, baraje y corte.
Tana cogió la baraja con las dos manos. Abrió la caja de cartón y arrancó el precinto. Puso las cartas boca arriba y ambos comprobamos que era una baraja normal y corriente, con todas sus cartas. Después Tana barajó a conciencia. Cuando le pareció suficiente dejó la baraja ante sí, cortó y miró al mago.
- Esto será muy sencillo. Ahora solo tiene que imaginar, “sentir” una carta. Verla.
Tana cerró los ojos. Por un instante me pareció dormida.
- Ya está – dijo.
- Ahora coja el mazo y extiéndalo en abanico delante de usted.
Tana extendió las cartas despacio, parándose a colocar mejor algunas con las yemas de sus dedos.
- ¿Cual es la carta que ha imaginado?
- El dos de corazones.
- Magnífico!!. Ahora piense dónde está la carta, sáquela y colóquela bajo la palma de su mano.
Tana no pareció dudar, sino “buscar” dónde se encontraba la carta. Movió la mano por encima de la baraja apenas un par de segundos y escogió una carta que separó delicadamente de las demás.
- Ahora, Tana, dele la vuelta a la carta.
Tana me miró y sonrió con su sonrisa más traviesa ;volteó la carta despacio y allí estaba...EL DOS DE CORAZONES!!
El mago aplaudió sordamente mientras sonreía y Tana estallaba en un gritito infantil llevándose las manos a la boca. La mía se mantenía abierta en una expresión bobalicona mientras miraba al mago primero y después a Tana.
- Increíble – dije asustado – pero... pero ¿Cómo diablos lo ha hecho?
- Yo no he hecho nada señor- dijo mostrándome las palmas de sus manos – Ha sido ella, Tana. Ha sido capaz de usar algo que guardaba en su corazón desde hace mucho tiempo. Ella “sabía” que podía hacerlo. Es simple.
Apoyé los codos en la mesa y me llevé las manos a las sienes. Aquello era inexplicable. Tana no podía saber donde estaba la carta, y en cuanto a casualidades, bueno, yo no creía en ellas. ¿Posibilidades? Una entre cincuenta y dos. No, no era posible, y sin embargo ocurrió.
- Vamos caballero, no busque más explicaciones. Es todo de una sencillez apabullante, primitiva, infantil. Solo magia – El mago se recostó en la silla y cruzó las piernas – Ahora Tana hará algo más difícil, más personal. ¿Tiene usted un pañuelo, por favor?
- Eh..sí, sí, claro. Aturdido, busqué en mi chaqueta hasta encontrarlo.
- Bien, muy bien - dijo el mago – Ahora, Tana, vuelva a poner la carta boca abajo, coja el pañuelo y extiéndalo por encima. Así, perfecto. Ahora coloque su mano sobre el pañuelo. Bien, lo que quiero que haga ahora es que cierre los ojos y vuelva a los olores, al tacto, a los sonidos de su niñez. Quiero que recuerde la magia, “su” magia, y que escoja un objeto que la represente. Un objeto donde pueda guardarla, donde puedan concentrarse su mundo mágico y sus sueños.
Tana cerró los ojos, echó la cabeza ligeramente hacia atrás y puso su mano sobre sus labios. Pasaron un par de interminables minutos. A veces sus dedos temblaban ligeramente y me empecé a preocupar. Miré al mago, pero éste me hizo un gesto tranquilizador con la mano. De repente, Tana habló con una voz un poco ronca.
- Ya viene
Entonces se relajó. Resopló moviendo la cabeza de un lado a otro, sonriendo, como una niña que acabara de superar una prueba difícil, una adivinanza.
- Ya está, mira – me dijo.
Levantó el pañuelo con dos dedos y descubrió una piedra verde, pulida y rectangular: UNA OLIVINA DE LA ISLA!!!. La acercó a sus ojos y la miró a contraluz y luego la apretó fuerte en su mano. Yo no salía de mi asombro, no era capaz de articular palabra alguna.
- Bueno Tana - dijo el mago – esa es tu piedra. Ahí está tu magia. En ella podrás encontrar recuerdos de un mundo en el que viviste hace tiempo. Te ayudará. Ahora debo irme. Ha sido un placer conocerles.
Se levantó lentamente, me saludó con una inclinación de cabeza y besó la mano de Tana, que respiraba con la tranquilidad de alguien que ha recuperado algo muy valioso. Cogió la maleta y comenzó a irse, pero pareció dudar por un momento y se volvió.
- Ha escogido usted la carta del amor. “Les deux coeurs”, los dos corazones!! Pero algo me dice que hay un tercer corazón, un corazoncito que viene de camino. Debería mirar otra vez la carta.
Tana se quedó paralizada por un momento, entonces, poco a poco fue asomando a su rostro una sonrisa de felicidad. Se levantó y abrazó al mago y lo besó en ambas mejillas mientras las lágrimas cubrían su cara. Después volvió a sentarse y volteó la carta de nuevo y … EL TRES DE CORAZONES!!
Antes de cruzar la puerta el mago se volvió de nuevo, juntó los dedos de su mano y, soplando sobre ellos, los abrió como si fueran fuegos artificiales.
  • Ha sido increíble, increíble. No entiendo nada – dije.
  • Bueno, él ya lo ha explicado todo – dijo ella tranquila.
  • ¿Y qué es eso del tercer corazón en camino? Tú ya no puedes...
Tana me acarició la mejilla.
- Pero que bobo!. Vamos a ser abuelos!!

Al día siguiente, al regresar a casa, llamó Beatriz,nuestra hija. Estaba embarazada. Tana habló con ella largo rato, la tranquilizó y le transmitió ilusión y confianza. Yo seguía aturdido y confuso. Llamé al hotel para intentar localizar a Karlier. Necesitaba explicaciones, algo racional a lo que asirme. Me dijeron que ya no estaba: aparecía y desaparecía por temporadas, algo que me pareció natural en un hombre tan enigmático.
Tana predijo que el bebé sería una niña. Al parecer se lo transmitió la piedra. La olivina jugó a partir de entonces un papel importante en su vida. Cuando su salud fue empeorando la veía a veces, muy debilitada ya, sentada en su sillón y tapada con una manta, sostenerla frente a sus ojos sonriendo. Creo que le ayudó a dejarnos, de alguna manera, con más sosiego y naturalidad.


Años después acompañé a Beatriz y a nuestra nieta a un congreso en Praga en calidad de abuelo para todo. Mi yerno, por razones de trabajo no se pudo hacer cargo de la pequeña, y mi hija insistió tenazmente en que las acompañara para sacudirme la melancolía que amenazaba con consumirme. Así que me dispuse a adaptar mis pasos a los pasitos de la pequeña para descubrir la anciana y encantadora ciudad a través de los ojos y las sensaciones de una niña.
Una tarde, recorriendo las estrechas calles de la ciudad vieja me topé con un cartel frente a un antiguo café que anunciaba: “Koulzelnická Show!!”, Espectáculo de Magia!!, y debajo, en letras rojas: B.S. Kharlyer. El corazón me dio un vuelco, faltaban horas para la actuación, pero tuve la intuición, la certeza más bien, de que era él y estaría allí, y sin pensarlo dos veces arrastré a mi nieta adentro.
El interior estaba oscuro y sin clientes. Los últimos rayos de sol que se colaban por los cristales emplomados rojos y azules creaban en la penumbra un ambiente mágico e irreal. La silueta de un hombre se recortaba contra la luz de la última ventana, sentado frente a una pequeña mesa. Me acerqué despacio con mi nieta cogida de la mano. La niña, que había protestado con mi repentina carrera, parecía encantada ahora con los reflejos de colores y los pequeños floreros de cristal de Bohemia con siemprevivas que adornaban las mesas.
Levantó la vista y me reconoció al instante. Estaba más viejo y más delgado y seguía vistiendo su ajado esmoquin, pero conservaba su pelo negro y su mirada penetrante.
  • Oh, caballero, que sorpresa!!
Se incorporó para estrecharme la mano. Mientras lo hacía no dejó de mirarme a los ojos, y pareció saberlo todo. Todo lo que había pasado en el tiempo transcurrido desde la noche del hotel, los momentos felices y los tiempos tristes, mi soledad incurable, irremediable. Me apretó firmemente la mano y me estremecí al sentir en la mía un calor entrañable y reconocible.
  • Lo lamento.
  • Gracias – respondí confuso.
  • Pero siéntense, por favor. ¿Que le trae por esta apasionante ciudad?
  • He venido a acompañar a mi hija a un congreso.
  • Y bueno, supongo que esta jovencita tan fascinante que le acompaña es su nieta, conozco esos ojos verdes. ¿Como te llamas querida?
  • Aday. ¿Y tú? - la pequeña lo miraba curiosa y tranquila.
  • Yo tengo muchos nombres – me miró con picardía – porque soy un mago. Dime Aday, ¿Te gusta la magia?
  • Claro – respondió ella – A veces juego a hadas y hablamos.
  • Que maravilla!!.
Aunque se dirigía a la pequeña, me miraba a mí. Sabía que el destino o lo que fuera me había llevado hasta allí buscando algo incomprensible para mí, inaprensible. Apoyó los codos en la mesa, emparejando los dedos de sus manos y volvió a mirar a la niña.
  • ¿Quieres jugar a magia conmigo Aday?
  • Sííí– Aday se puso de rodillas en la silla y juntó sus manitas imitando el gesto serio del mago.
  • Bien. Coge una servilleta del servilletero, levántala con los dedos y ponla delante de ti.
  • ¿Así?
  • Perfecto. Ahora tápala con las manos y piensa en algo mágico, un tesoro, que te gustaría tener – hizo un gesto con la palma de su mano al frente- pero no lo digas!!. Ah, y tiene que caber en tus manos. ¿De acuerdo?
  • Vale.
Aday tapó la servilleta con las manos, cerró los ojos con fuerza,apretó los labios e inclinó su cabecita sobre la mesa. Un mechón de pelo rubio le cayó sobre la cara y reflejó los tonos multicolores de los cristales de la ventana.
  • Ya – dijo sonriendo.
  • Veamos – dijo el mago.
Aday apartó la servilleta y nos mostró en su mano una piedra pequeña, verde y pulida.
  • Una piedra mágica!!
Esta vez no me pregunté nada, ni siquiera me sorprendí. Sólo “sentí”. Cerré los ojos y comprendí que no debía comprender. Vi a Tana mirándome serena, escuché su risa cristalina y noté sus manos mientras apretaba con fuerza en mi bolsillo su olivina y sentía su calor reconfortante.

Don Pedro San Ginés, Syra Jiménez-P. Arias y Cristina Temprano

II Feria del Libro de Playa Blanca - I Certamen de Relatos Cortos



El sábado 20 de abril se celebró en la plaza del Carmen de Playa Blanca la II Feria del Libro organizada por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Yaiza. El grupo de teatro Clownbaret realizó la primera actuación que precedió a la inauguración oficial. A mediodía varios poetas asiduos a clubs de lectura, tertulias y algunos de ellos, con publicaciones en su haber, dieron un recital al que le siguió un concierto de música Jazz Fusión Project.

El calor fue una constante en este día que no impidió que los curiosos y ávidos lectores se acercaran a buscar el título anhelado o a dejarse encontrar por las sugerentes historias que los libreros y asociaciones habían seleccionado.  
Se contó con la presencia de autores firmando sus poemarios como Elimaida Vargas Paz “Detrás de la mirada” y Pepa González Díaz “Me sentaré a esperarte” e Ismael Lozano Latorre con su romántica novela “La sirena de Famara”.

Por la tarde el teatro volvió al escenario con el grupo Clownbaret que consiguió que el público infantil disfrutara de sus divertidas dinámicas ante la mirada atenta y aplausos de sus familiares, complacidos con las actividades adecuadas a la edad de los más pequeños.



Los cuentacuentos de Daniel Minayo y Cristina Temprano hicieron vivir momentos felices a niños y adultos. La magia de sus historias despertaron sonrisas y ganas de conocer el desenlace. En ellos un certero mensaje: hacer siempre lo que nos propongamos, buscar en nuestro interior, sacar lo mejor de cada uno de nosotros y por qué no, quizá conseguir crear una narración que participe en una de las modalidades de este I Certamen de Relatos Cortos.
A las 19 h Miguel Aguerralde, maestro del CEIP Playa Blanca, escritor y presidente del jurado, procedió a desvelar el nombre de los ganadores y a la entrega de premios del I Concurso de Relatos Cortos Municipio de Yaiza, organizado por la Asociación Cultural Castillo del Águila y el Todo-arte Grupo de Lectura.

a)      Categoría infantil
-   Bogdan Spasojevic con “La batalla final” (cena en el restaurante La Katedral).
-   Cuatro segundos premios a Ana Rodríguez con “La historia de Carmen”, Ángela Soria con “El secreto”, Nayra Alonso con “Idaira y las aguamarinas” y Gara Morales con “Martina en Femés”. Cuatro entradas (2+2) al Rancho Texas, dos al Aqualava Waterpark y una cena en el restaurante Ke-Majo.


b)      Categoría juvenil: quedó desierto
c)      Categoría adulto 
-   Pedro Alisedo Goycoa con “Tana” (cena y Thalasso en el H. Princesa Yaiza).
-   Sergio Valdés con “La Visita” (cena en el Hesperia Playa Dorada y Thalasso en el hotel Costa Calero)
-   Francisco Lara con “Icarus” (cena en el H10 Timanfaya Palace). 


La categoría adulto recibió un lote de libros (donación de Miguel Aguerralde y la Librería Barco de Papel de Playa Blanca). 

Mª Trinidad Pérez
Se prosiguió con la lectura de los relatos ganadores. 
María Trinidad Pérez, directora del CEIP Playa Blanca, puso voz al de categoría infantil “La batalla final”. 
El enlace facilitado corresponde al blog de la biblioteca de Playa Blanca, "La Jaula de los sueños", en el que se irán añadiendo los demás.

El presidente del Cabildo, don Pedro San Ginés, Syra Jiménez-P. Arias y Cristina Temprano leyeron el de categoría adulto “Tana”, una historia de magia e ilusión. El acto finalizó con un sorteo y el agradecimiento a participantes  y empresas que habían colaborado amablemente con donaciones.

Pedro San Ginés (Presidente del Cabildo), Syra Jiménez-P.(A Casa) y Cristina Temprano

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"Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"
José Saramago
"Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande,
sólo es posible av
anzar cuando se mira lejos"
Ortega y Gasset
"Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia"

Epícteto

"La ingratitud es el precio al favor inmerecido"

Ignacio Manuel Altamirano

"Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado"
Marcel Proust
"Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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