La buena suerte, de Rosa Montero

 

La novela comienza con 3 dedicatorias. Una de ellas a la memoria de la madre de Rosa Montero,  Amalia Gayo, que le enseñó a narrar. Hecho certero, ya que la escritora crea un argumento dinámico en el que el Bien y el Mal se entrelazan en un relato que no podemos dejar de leer con avidez hasta el final. El misterio de la vida de Pablo se inicia en un AVE procedente de Madrid y en su enigmático deseo de llegar a Pozonegro, una localidad deprimente de Ciudad Real donde compra de manera apresurada un piso inhóspito frente a la estación. Nadie sabe que es un reconocido arquitecto.

Su encuentro con la joven rumana Raluca, empleada de la cadena de supermercados Goliat, con alma de cuidadora, será el inicio de su buena suerte. Ella le ayudará altruistamente en la búsqueda de un puesto de trabajo. Su oportuna recomendación abre las puertas a Pablo en la misma empresa. Una vuelta de tuerca en el devenir del arquitecto que realmente huye de un pasado familiar doloroso y a la vez acechante. Un inexplicable parón en plena cresta de la ola de su laureada trayectoria laboral. Alguien que parece poseerlo todo y en el fondo tiene una existencia vacía.

En “La buena suerte” se reflexiona sobre remordimientos ocasionados por acciones nocivas de otras personas que, al tratarse de lazos de sangre, son interiorizados como si fueran actos propios. ¿Debe un padre cargar siempre con la culpa de las fechorías de un hijo y sus lamentables consecuencias por considerar que no le ha facilitado la educación adecuada?  En la novela se incide también en la importancia de lo vivido en el hogar durante la infancia, germen del carácter del adulto.

El miedo es como una piedra que acarreas dentro del estómago. El miedo es un parásito, un invasor (pág.147).

 

Rosa Montero describe hechos acaecidos en el mundo cuya maldad traspasa todo límite de horror. En España el asesinato de unos mendigos, cruelmente quemados; la muerte de Sara con tan solo 4 años a causa de una brutal paliza; y las reiteradas violaciones y homicidios que tuvieron lugar en el seno de una familia de Gloucester, Reino Unido, en la década de los 70 y 80. Los lectores sentimos como Pablo una tristeza infinita, un claro aviso de denuncia y activación de protocolos.

“Si el corazón pudiera pensar, se pararía”- decía Fernando Pessoa

El silencio es a veces sinónimo de una llave de defensa. El aislamiento preciso ante la convivencia con un padre alcohólico y agresivo. Esa experiencia de Pablo en su niñez le alerta ante los gritos, carreras y ruidos del piso superior. Su decisión será vital para el bienestar físico y emocional de una niña, la hija de la vecina. Por otra parte, el cambio de vida del arquitecto beneficiará a la sociedad más desfavorecida con proyectos de construcción de viviendas para oenegés. A ello contribuirá el aura de bondad y alegría de Raluca, una mujer superviviente, y el talento innato de Pablo. 

La felicidad es posible … tras tormentas espantosas

 

Sobre Rosa Montero

Imagen: entrevista en El País

Nació en Madrid.

Estudió Periodismo y Psicología

Premios: Nacional de Periodismo (1981), Nacional de las Letras Españolas (2017), Leyenda de la Asociación de Librerías de Madrid y Ciudad de Alcalá de las Artes y las Letras (2019) y Cedro (2020).

Publicaciones

novelas “Crónica del desamor” (1979), “La función Delta” (1981), “Te trataré como a una reina” (1983), “Amado amo” (1988), “Temblor” (1990), “Bella y oscura” (1993), “La hija del caníbal” (1997, Premio Primavera de Novela), “El corazón del Tártaro” (2001), “La loca de la casa” (2003), “Historia del Rey Transparente” (2005), “Instrucciones para salvar el mundo” (2008), “Lágrimas en la lluvia” (2011), “La ridícula idea de  no volver a verte” (2013), “El peso del corazón” (2015), “La carne” (2016), “Los tiempos del odio” (2018). 

También ha publicado el libro de relatos “Amantes y enemigos” (1998) y dos ensayos biográficos: “Pasiones” (2000) e “Historias de mujeres y algo más (2018).


0 comments:

Publicar un comentario

Buscar en este blog

Vistas de página en total

Citas

"Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"
José Saramago
"Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande,
sólo es posible av
anzar cuando se mira lejos"
Ortega y Gasset
"Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia"

Epícteto

"La ingratitud es el precio al favor inmerecido"

Ignacio Manuel Altamirano

"Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado"
Marcel Proust
"Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

Seguidores de Facebook

Comentarios

Archivo del blog