Los Vencejos, de Fernando Aramburu

 

Los Vencejos

“Los Vencejos” es la última novela de Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959) publicada por la editorial Tusquets. El escritor nos describe a lo largo de un año la vida de un profesor de filosofía, Toni, y su círculo íntimo de amistades y familiar. 
Desde el principio se manifiesta claramente la idea de la “muerte voluntaria” y el plan que urde el profesor, hastiado de su trabajo, las rutinas y, en general, de su existencia. Aramburu hace un recorrido por las diferentes etapas de la vida de Toni. Su fase de enamoramiento y boda con Amalia, una locutora bisexual de la que se acabará separando; el fruto de esta relación, Nikita, un hijo que ya desde la infancia presenta signos de dificultad en el aprendizaje e irá evolucionando con una actitud contraria a la que desearía cualquier progenitor/a. 

En clave de humor seremos testigos de las erróneas e ingenuas decisiones del adolescente, los episodios de desafortunados encuentros con cuñados y suegros, el continuado desapego de Toni a las pertenencias y las frecuentes conversaciones en el Bar Alfonso con su amigo, Patachula, mote origen de la pérdida de su pie derecho en el atentado de Atocha.

Sin embargo, el trasfondo es a menudo triste exceptuando el de su infancia.

“De niño me gustaba la vida. Me gustaba mucho, aunque no me daba cuenta de ello” (Pág.16)

Hay continuas referencias a hechos negativos: la frustración de su padre, profesor de Universidad, en llegar a destacar como escritor, deportista o erudito unida a su visible embriaguez; el desamor de sus padres; el odio a su hermano Raúl; las insalvables desavenencias con Amalia; la resignación de hacer laboralmente lo que a uno no le apetece por un sueldo; la necesidad de recurrir a la prostitución tras su divorcio para satisfacer su deseo sexual; el deterioro cognitivo de su madre ingresada en una residencia; la sensación de ser una nulidad y de que nadie llorará por él cuando falte.

El profesor de filosofía ha decidido llevar a cabo su plan de suicidio cuando regresen los vencejos. 
De estos pájaros señala:
Adoro los vencejos. Vuelan sin descanso, libres y laboriosos. Los vencejos no volverán hasta la próxima primavera. Me han dejado solo con toda la masa humana que me agobia y me saca de quicio (pág.92)

Y por encima de todo resalta el amor a su perra Pepa, la preocupación por dejarla al cuidado de alguien cuando él ingiera el cianuro de potasio. Un animal juguetón y cariñoso que proporciona felicidad también a sus amigos Patachula y Águeda con los que se queda alguna noche mitigando así su soledad. Del filósofo Arthur Schopenhauer (Polonia,1788-Alemania,1860) c
ita la siguiente frase:
“Quien no ha tenido nunca un perro no sabe lo que es querer y ser querido”

El reencuentro con Águeda, 
una amiga de juventud a la que dejó por Amalia, en un parque mientras paseaba a la perra, supone un sobresalto para el profesor de filosofía. Han pasado 27 años. Toni rememora que no era agraciada pero sí buena y tierna, lo contrario de Amalia. Patachula sutilmente propiciará más encuentros desvelando la dirección de Toni a Águeda. Sobre su aspecto desaliñado será muy mordaz y Águeda lo irá mejorando con sus observaciones, entre ellas ropa y zapatos nuevos.

El profesor sigue desprendiéndose de todo lo material que posee y moviendo los hilos correspondientes para que el 31 de julio nada ni nadie pueda cambiar el resultado de su decisión. Lo único que no ha averiguado es la procedencia de las notas anónimas que alguien ha depositado ese año en su buzón con reproches sobre la educación de su hijo, la conducta de su exmujer, su forma de vestir o la escasa preparación de sus clases. Ya no tiene importancia.

No obstante, el destino es paradójico. ¿Ejecutará Toni su plan? ... 
Foto: The new Barcelona Post

Recomiendo este artículo del periodista Jacobo Zabalo publicado en The New Barcelona Post con motivo de la presentación de "Los Vencejos" en septiembre 2021 en Barcelona.




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