Todo va a mejorar, Almudena Grandes

 

TusQuets editores
En la novela póstuma de Almudena Grandes, “Todo va a mejorar”, la autora imagina una época en la que España está gobernada por un partido político llamado “Movimiento Ciudadano ¡Soluciones Ya! cuyo dirigente, apodado el Gran Capitán, es un empresario de éxito que además ha sacado beneficio en los negocios durante las pandemias.

Tras una ola de vandalismo e imágenes atroces, divulgadas por la televisión, con supuestas bandas organizadas asaltando a vehículos en largos embotellamientos en carreteras de acceso a las grandes ciudades, se forma un nuevo cuerpo de Vigilantes con el policía Rodrigo Sosa al frente,

Asimismo, se produce un Gran Apagón, creando un acceso limitado a internet que estimulará la libertad de comprar y consumir. Entretanto las pandemias se suceden y hay que velar por la seguridad. El coronavirus ha representado toda una exhibición de la eficacia con la que el gobierno podía gestionar una epidemia hasta que ocurre la agresión de un perro asilvestrado a la residente en un chalet y el médico descubre que no había sido vacunada. El doctor Fernández concluirá que Marina Martín vivía en un lugar aparte, dentro de una burbuja de irrealidad donde la vida cotidiana se había seguido desarrollando como si la Tercera Pandemia nunca hubiera llegado a existir. Poco después de redactar el informe, el médico desaparecerá.

Un grupo de hombres y mujeres corrientes se atreven a desmontar las mentiras del nuevo régimen en el que todo aparenta mejorar, aunque en realidad se vive bajo los abusos de poderosos sin escrúpulos. Entre ellos está Paula Tascón, una joven informática que es capaz de hackear el sistema MCSY, Mónica Hernández, profesora de Historia en un instituto que se ve relegada a un puesto en el ámbito de la Administración General del Estado, su hija Camila Alcocer que es seleccionada para ocupar una plaza voluntaria de Repoblación de la España Vaciada en el pueblo de Caballar, y otros eslabones fundamentales como el pastelero Enrique Duarte, Domingo Caballero (abuelo de Laura), Elisa Llorente (hija de un periodista desaparecido), y Jonás González, marido de Paula, cuyo trabajo en la televisión pública le permite tener el privilegio de teletrabajar con un ordenador legal.

Será en el obrador de Enrique Duarte, con la tapadera de diversos talleres de repostería, donde este grupo mantendrá encuentros para planificar acciones sumándose más gente convencida en destapar el engaño como Julia Pardo, estudiante del máster de la Academia, testigo del vil asesinato de una empleada doméstica por parte de sus compañeros en un chalé de los Peñascales. También en la Pastelería Duarte se decidirá que Paula encripte unas frases en una secuencia de imágenes publicitarias de los centros comerciales con el lema "El monte no es un lugar, el monte está en todas partes". Allí Mónica desvelará que Camila se ha exiliado en el Sáhara Occidental, una joven que aprende que la valentía sólo resulta útil cuando negocia con la realidad. En El Aaiún la recibirán personas felices y José Luis Muros.

Un relato en el que los confidentes del Rastro y los crímenes se suceden, aunque en ocasiones sea no sólo para encubrir un engaño sino paradójicamente para salvar a gente inocente. ¿Por qué decide el inspector Rodrigo Sosa mandar a Marruecos a la agente Julia Pardo? 

Invito a la lectura de "Todo va a mejorar", en cuya nota final, Luis García Montero, marido de Almudena Grandes, nos explica la costumbre de trabajar de la escritora, cómo vivió la llegada del confinamiento a causa de la pandemia y cómo las discusiones que enseguida se desataron en los enfrentamientos políticos y sociales le hicieron interrumpir sus Episodios para escribir una ficción en la que abordar las tensiones establecidas entre la libertad y los cuidados. (pág. 486). Comparte además un artículo titulado "Tirar una valla" que se trata de una conversación consigo misma y con sus lectores, en relación al proceso de su cáncer. En él pide disculpas a sus lectores y lectoras por haber mantenido en silencio su enfermedad causándoles inquietud por sus ausencias. 

Finalizo este espacio dedicado a Almudena Grandes y su novela póstuma "Todo va a mejorar" señalando un párrafo en la pág. 208 que nos une, ya que percibo su vocación de profesora, siendo licenciada en Geografía e Historia. Dice así:

-Cuando enseñaba Historia de España en un instituto de educación secundaria, intentaba analizar los efectos del franquismo sobre la vida cotidiana de los españoles, explicando a sus alumnos que, en una dictadura, la expresión estar en libertad no significa lo mismo que ser libre. Ella nunca se cansaba de repetir que, durante la dictadura de Franco, muchas personas que estaban en libertad, porque nunca habían sido detenidas, porque vivían en sus casas, con sus familias, porque todos los días iban y venían del trabajo, no eran libres para tomar sus propias decisiones. Sin embargo, otros hombres, otras mujeres que no estaban en libertad, sino en la cárcel, se sentían libres porque habían escogido por su propia voluntad el camino que los había llevado a una celda de la que no podrían salir en muchos años.-

 Y la siguiente frase mencionada en la pág. 488, muy emotiva y sincera:

Mis lectores y lectoras, que me conocen bien, saben que son muy importantes para mí. Siempre que me preguntan por ellos respondo lo mismo, que son mi libertad, porque gracias a su apoyo puedo escribir los libros que quiero escribir yo, y no los que los demás esperan que escriba.

 

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