La ruta de las letras en Madrid

El martes 4 de diciembre quedé con Asunción Muñoz Moreno en vernos y disfrutar de alguna exposición de la gran oferta cultural existente en Madrid. En las inmediaciones de la Calle Cenicero, paralela al Paseo del Prado, conversamos en un agradable café con vistas al Caixa Forum, es decir, el Centro Social y Cultural de la Obra Social "La Caixa". Estaba interesada en que me comentara aspectos relacionados con la ponencia que tenía previsto impartir en la Facultad de Filosofía (Universidad Complutense) el 10 de diciembre con el título "Escritura y pintura en Saramago". La noche anterior había finalizado la novela "Manual de pintura y caligrafía", obra en la que Asunción se había basado para el desarrollo de esta charla y que además, al señalarme que era muy autobiográfica, me despertó aún más el afán de leerla.
Me acompañó también al Círculo de Bellas Artes, en la calle Alcalá 42, donde deseaba preguntar unos datos en el Archivo y la Biblioteca. Decidimos regresar el viernes 7 para visitar con más tiempo la exposición "Torres y Rascacielos. De Babel a Dubái" (hasta el 5 de enero 2013 en Caixa Forum) que evoca la tendencia del ser humano a afrontar desafíos imposibles y superar las trabas materiales. Formas arquitectónicas con desbordante creatividad y audacia cuyo ejemplo más significativo es la Burj Khalifa de Dubái, el rascacielos más alto del mundo (828 metros).

C/ Jesús (Barrio de Las Cortes)
Hace tiempo que no disfrutaba tanto de un barrio de Madrid. Es cierto que no se trata de un barrio cualquiera sino del que emanan susurros e historias que nos obligan a aminorar nuestros pasos y a fijarnos en los muros que, orgullosos, atesoran sus palabras grabadas con la imborrable fuerza de la memoria.
Los azulejos indican los nombres de las tradicionales calles por las que antaño se paseaban reconocidas figuras del cine y famosas cantantes de copla de la época. Estoy a la altura de la calle Jesús nº 12, lugar al que acudían, en la década de los 40 y 50, clientes del hotel Palace solicitando los servicios de la tintorería que había en la planta baja o bien aquellos que, en  elegantes vehículos, llegaban para saludar al poeta y compositor don Rafael de León que vivía en el primer piso. Se inspiraba con frecuencia por las noches y caminaba a lo largo de los pasillos invocando a las musas. Sevillano, hijo de los marqueses de Mérito y nieto de los condes de Lebrija. Con el músico, Manuel Quiroga, y el autor teatral Antonio Quintero, forma el trío  “Quintero, León y Quiroga” registrando más de cinco mil canciones. A veces, don Rafael, escuchaba la voz de una joven que cantaba con salero, emulando posiblemente a Concha Piquer, Carmen Sevilla o incluso Estrellita Castro, entonando "María de la O". Era mi madre. 

Me dirijo a la calle Huertas nº 40. Allí se encuentra la Librería Iberoamericana, especializada en libros de América Latina y de España. Tras el intento de adquirir el ensayo "Aura" de Carlos Fuentes en la librería Antonio Machado, la amable dependienta me ha sugerido esta alternativa. Es casi la hora del cierre de la jornada matinal. Subo deteniendo la mirada en los portales, en los letreros de los modernos locales que han ocupado los comercios que eran tradicionales como las lecherías y las tiendas de ultramarinos. Y entonces aparece el rostro esculpido de León Felipe (1884-1968). Un homenaje del pueblo de Madrid al poeta del éxodo y del llanto en el centenario de su nacimiento. “Versos y Oraciones de Caminante" es el primer libro de poemas de León Felipe, editado en Madrid en 1920. Dice así, al principio:


Ser en la vida romero,
romero solo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero... sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez solo y ligero,
ligero, siempre ligero...


Y unos metros más arriba me encuentro con sus versos tapizando el empedrado:
... y fui a nacer en un pueblo del que no recuerdo nada,
pasé los días azules de mi infancia en Salamanca,
y mi juventud, una juventud sombría, en la Montaña ...
Después ... ya no he vuelto a echar el ancla, ...

Se me ha hecho tarde, como era de esperar, con mis consecutivas pausas en el trayecto, y, la librería está cerrada. El cartel explica con claridad que abrirán de nuevo a las 17h. Allí estaré puntual.


Entretanto recorreré otras calles como Amor de Dios, de León, Lope de Vega y Cervantes. La imponente Basílica de Jesús de Medinaceli, en la plaza de Jesús, contempla el trasiego de las gentes mientras ella se recrea en su anhelado y necesario silencio.

Basílica Jesús de Medinaceli
Nota: Don Rafael de León nació en Sevilla un 06.02.1908 y falleció en Madrid un 09.12.1982.

2 comentarios:

  1. ¡Muy buena tu Crónica, Syra! Preciosa y emotiva descripción del barrio de las Letras, así como de tu caminar por él llevada de la mano de recuerdos y vivencias entrañables.
    Me ha encantado leerla.
    Un fuerte abrazo.
    Asunción

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  2. Siempre adoré Madrid, sus calles, sus gentes, sus plazas y palacetes. Ese Madrid de los Austrias de noche, esa Plaza Mayor en la tarde, el café Gijón y sus aires a letras y mi amado Retiro bajando desde la calle Alcalde Sáinz de Baranda. Y nunca mejor bautizado: Retiro. Allí querría yo pasar mis días de sol y mis tardes de otoño, con libros, con tinta en mano, con cuadernillos deseando ser garabateados, con diarios. En fin, de Madrid - sin duda alguna - al cielo. Gracias por ese bello paseo por rincones de la capital del reino, me has descubierto otros barrios.

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"Para mi la escritura es un camino espiritual" (Rosa Montero) "Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"(José Saramago) "Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos" (Ortega y Gasset) "Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia" (Epicteto) "La ingratitud es el precio al favor inmerecido" (Ignacio Manuel Altamirano) "Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado" (Marcel Proust) "Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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