Los versos de Cira

En agosto de 2013 A Casa fue visitada por  una pareja procedente de Barcelona. Para ambos fue muy gratificante recorrer y sentir los espacios en los que habitó y creó José Saramago. La joven, al entrar en el despacho del escritor portugués, experimentó una gran emoción. Su propósito era al final entregar un obsequio agradeciendo así al personal sus atenciones. Se olvidó. Su mente sólo reaccionaba a la magia del momento que estaba viviendo con la intención de que perdurara lo máximo posible.
Al regresar a su casa decidió enviarnos una carta explicando su lapsus y la satisfacción por haber conocido de manera tan cercana el hogar y la biblioteca del Premio Nobel de Literatura. Llegó a mis manos a principios de octubre. Se había depositado sobre la mesa de una compañera, Saro, que estaba de vacaciones. Al ver la misiva con mi nombre me la dio y entonces recordé quién era. En efecto, se trataba de Raquel Gámez Serrano. A través de las redes sociales de la Casa Museo habíamos entablado contacto y así supe que había escrito su primera novela.
Con su cariñosa carta se encontraba un ejemplar de “Los versos de Cira". Inicié su lectura y de ella resalto el estilo claro e intimista con el que Raquel nos presenta una historia que nos estremece. El narrador, Fabio, nos hace partícipes de las diferentes etapas de la vida de la protagonista, Cira. Desde una infancia marcada por el maltrato sicológico familiar hasta su boda con Ferrán, un manipulador del que se separará. Vivirá  después un gran amor con un músico de jazz cuya pasión la hará olvidar su sentido común.
La influencia de unas cartas de Tarot guían el devenir de la novela, cuyos capítulos se basan en los arcanos mayores de la baraja. El título parece vaticinar un contenido poético y aunque no es un poemario su esencia está presente. De hecho será la poesía la que salve a la protagonista de una situación desesperante. La expresión de sus sentimientos en forma de versos la acercarán al corazón de espontáneos lectores como Fabio.
Raquel recoge una cita al inicio de cada uno de sus 22 capítulos con reflexiones de Proust, Bécquer, Indira Gandhi, Nietzsche, Confucio, Unamuno que invitan a su interpretación.
Las descripciones de la autora nos llevan a un hogar hostil y desestructurado con un hermano violento. Convivencia de terror y unos padres que terminan separándose. Abandono emocional, físico, soledad, carencias económicas, baja autoestima, hambre, adulterio. Y siempre... la resiliencia.
Las palabras de un vidente en un bar sobre su destino le recuerdan a Cira el poder de las cartas. En ellas se le aconseja que conserve toda su energía, su don, recordándole que es una persona con luz.
Su amor por el seductor trompetista argentino, Giulano, al que conoce en un Club de Jazz, le hace perder la cabeza. Ni siquiera sus incondicionales amigas, Xénia y Bruna, conseguirán que se dé cuenta de lo arriesgada de esta relación. Un hombre casado y con un hijo que además tiene otra familia en su país de origen. Sin embargo, la razón llega y con ésta la ilusión de crear una empresa.
La autora nos define el desasosegado comportamiento de Cira con toda nitidez. Por una parte el hondo deseo de emprender proyectos nuevos y por otra los fantasmas del pasado que la acosan y entristecen llevándola a caer de nuevo en el tabaco, en los brazos del músico y sus habituales mentiras. En los periodos de ausencia era consciente de su error y corregía su frenético presente para evitar que fuera un extraño el que en realidad controlara su vida.
La fuerza de su mente y su capacidad literaria la salvan del caos en el que está inmersa. Brillantes resultados en trabajos universitarios y sobresalientes menciones del profesorado de Educación Social la levantan el ánimo. Se ha reencontrado con su Yo en la escritura.
La poesía propiciará una sincera amistad con Fabio a quien Cira le parece una mujer fascinante y cuyos poemas le han acercado a su interior. Él los conserva de envíos anteriores y son el punto de partida de una posible edición. La idea va tomando cuerpo y nacen los 300 ejemplares de  “Poemas en clave de sol”. Una radiante Cira hará la presentación en una pequeña librería de Mataró en compañía de un gran número de amigos y familiares.
A Fabio le ronda una idea. Escribir la vida de esta valiente mujer. Se la propone y ella acepta con la condición de respetar el anonimato de todos. Eligen la isla de Lanzarote como lugar de inspiración. Momentos duros afloran y hay que prepararse. Sin duda, la benigna climatología y su paisaje ayudan a revivir los recuerdos. Cira inicia su relato desde la niñez señalando las constantes depresiones en las que cae su madre. Enamorada del arte de su padre, un torero de Granada, que acabaría trabajando como jefe de ventas de una promotora inmobiliaria creando una empresa de renombre. Así apareció el ego y la soberbia. La convivencia se resiente y la distancia entre ellos se hace cada vez más latente. Se separan. Una opción que debían haber tomado antes por el bien de los hijos. Cira decide marcharse de la casa de sus padres.
La relación espontánea con un joven camarero del hotel en el que se alojan, Lorenzo, propicia que Cira conozca en profundidad la isla y además manifieste con naturalidad reflexiones sobre el sentido de la vida y sus cimientos.
Fabio también se sincera con Cira explicándole que la relación con su mujer, Lola, es de gran respeto y cariño pero sin amor. En ella ambos han delimitado sus espacios individuales viéndose reducido su punto de encuentro de compromiso. No se trata de la pasión sentida por Cira con Giulano. De la conversación con la joven deduce que cuando existe el amor en la pareja hay que abrir la ventana a la libertad, en caso contrario se persigue dañar. Un beso casual de gratitud motiva que Cira se vaya. Redacta una carta para Fabio en la que le explicará sus razones. Fabio se quedará en Lanzarote para escribir la novela. Este hecho le facilitará el planteamiento de su diplomática separación de Lola. Durante 6 meses Fabio se concentra contando con la inestimable ayuda de Lorenzo y conoce a Paz, la prima de Lorenzo, guía de la cual se enamora.
La edición no resulta fácil. Los temas del maltrato físico y psicológico, el adulterio no son tan comerciales como los ensayos que hasta ahora había escrito para un fiel público académico. Fabio viaja a Barcelona con Paz quien enseguida entabla una cómplice relación con Cira. Y allí se enterarán de que una productora de cine norteamericano está interesada en la novela. Cira había mandado el borrador del libro antes de su publicación.
Sin embargo para su perplejidad el guión es cambiado dando mayor protagonismo al personaje de Giuliano y obviando precisamente el tema del maltrato. La película se estrena en Barcelona con el título “The Jazzman”, una serie de contradicciones emocionales que a pesar de la modificación de la obra original representa la historia de amor que en realidad hubiera querido vivir Cira.
En la página web de la Editorial Bubok se puede consultar más información sobre la autora de "Los versos de Cira".

Biografía

Raquel Gámez Serrano nació en Barcelona y, desde pequeña, su pasión por la lectura derivó en un gran interés por escribir. Se graduó en la Facultad de Económicas de la Universidad de Barcelona en Estudios Inmobiliarios y de la Construcción. Es Técnico Especialista en Relaciones Públicas y está estudiando Educación Social en la Universitat Oberta de Catalunya. Trabaja en un ayuntamiento de la provincia de Barcelona y es profesora experta de la Generalitat de Catalunya en técnicas de venta, marketing y orientación laboral, en un programa de cualificación profesional inicial. En la actualidad está escribiendo su segunda novela.

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"Para mi la escritura es un camino espiritual" (Rosa Montero) "Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"(José Saramago) "Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos" (Ortega y Gasset) "Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia" (Epicteto) "La ingratitud es el precio al favor inmerecido" (Ignacio Manuel Altamirano) "Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado" (Marcel Proust) "Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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