"El hereje" Miguel Delibes

¿Cómo callar tantas formas de violencia perpetradas también en nombre de la fe? Guerras de religión, tribunales de la Inquisición y otras formas de violación de los derechos de las personas... Es preciso que la Iglesia, de acuerdo con el Concilio Vaticano II, revise por propia iniciativa los aspectos oscuros de su historia, valorándolos a la luz de los principios del Evangelio. 
(Juan Pablo II a los cardenales, 1994)

Georges de la Tour
Leyendo los primeros párrafos de "El hereje" recordé otra novela con la imagen de unos dolientes ojos en un inexplicable Auto de Fe. Era "Memorial del Convento" del escritor portugués José Saramago. En este caso es el vallisoletano Miguel Delibes quien nos lleva a su ciudad natal en la que ubica esta magistral historia iniciada en octubre de 1557.
Son tiempos difíciles. El Santo Oficio persigue a los simpatizantes de Martin Lutero (1483-1546) y vigila a los viajeros que deciden moverse por Alemania. En efecto, Salcedo ha estado en contacto con Melanchton; han hablado del Lutero reformador, de la Guerra de las Hogueras en 1521, la derrota del Emperador de Innsbruck y la división de Europa en dos bandos: católicos y protestantes.
Durante la travesía conoceremos el alma de Cipriano Salcedo. Una infancia marcada por el desafecto de un padre que, al morir su esposa, Doña Catalina, a causa de su alumbramiento,lo  alejará de su vida portador de la culpa de esta muerte. Siempre un horizonte: la nodriza Minervina. En ella encontrará el cariño anhelado, incluso el descubrimiento del amor y finalmente el eterno consuelo que le guiará al misterio desconocido.
El niño Cipriano será paradójicamente enviado a un Colegio de Expósitos tras una importante aportación económica del padre para su ingreso. En el seno de ese entorno establecerá fuertes lazos de amistad considerándolo realmente su hogar. Su tío Ignacio, hombre ilustrado, nunca compartió la decisión de su hermano, don Bernardo, de que su sobrino estuviese en un lugar que correspondía a niños huérfanos que acabarían desempeñando con suerte algún oficio. Le propone estudiar Leyes y llegar a ser un buen letrado. Sabe que heredará una gran fortuna pero
"el dinero en sí no tiene importancia y menos aún si no se debe al esfuerzo de uno"
Comienzan las reflexiones del joven Cipriano sobre la figura de Erasmo de Rotterdam y las consecuencias de la Conferencia. Un teólogo que piensa que la Iglesia debe ser reformada. En esa época Valladolid sufre el avance de la epidemia de la peste y aunque se pensaba era una enfermedad de pobres también contagia a don Bernardo quien fallece. Su tío Ignacio se convierte en su tutor  con el que vivirá junto a la tía Gabriela hasta alcanzar la mayoría de edad. Tras doctorarse en Leyes, Cipriano desea alcanzar prestigio social y elevar su posición económica. Asi lo hace con el negocio del zamarro lo que además le llevará a conocer a la Reina del Páramo, la joven Teodomira, una campesina conocida por ser la mejor esquiladora de ovejas de la zona con la que se casa. Una relación que asombra por la diferencia social y que no deja descendencia a pesar de seguir los consejos de los médicos que no impedirán la pérdida de la razón de Teodomira.
Auto de Fe
El encuentro de Cipriano y la familia Cazalla marcará el dramático desenlace de la vida de este frágil hombre con firmes principios de fraternidad. Asistirá a conventículos clandestinos en los que prima la complicidad y el secretismo. Será elegido para controlar los contactos anteriormente establecidos y vigilar su progreso en Castilla y Andalucía. Comprobará asimismo la falta de prudencia en los comentarios de ciertos miembros que ponen en serio peligro al grupo luterano. La colaboración de Cipriano es considerada indispensable. La irrupción una noche de don Carlos de Seso anunciando que dos de los miembros del grupo han sido detenidos en Zamora por el Santo Oficio significa el inicio de la gran represión que el Emperador, desde Yuste, planeaba. Cipriano destruye todos los documentos que le pudieran comprometer y huye. Sin embargo, en Cilveti, es apresado, en la casa de Pablo Echarren quien le delata. Cipriano es el hombre que, en abril de 1557, había pasado a Francia con él por los Pirineos. A pesar de la coartada de sus negocios en Flandes y Países Bajos es conducido a la cárcel de Pamplona y de ahí a Valladolid donde compartirá celda con fray Domingo de Rojas.
El número de detenciones es muy numeroso. Cipriano logró saber los malos presagios diarios por medio de Dato, un muchacho que se ocupaba del trabajo de la celda, al que pagaba por sus mensajes. Cipriano logró así poseer todas las confesiones del grupo luterano que, en un intento de salvarse de la tortura, fueron traicionando a cada uno de los miembros. El hombre de complexión débil, sin embargo, resistió varios de los crueles tormentos que le impusieron y no cambió el sentido de las palabras sino su estilo para así no perjudicar a los que siempre había considerado amigos. Su tío Ignacio,desde su cargo en la Cancillería, no podrá impedir su fatal sentencia pero sí aliviar el camino con la presencia de una mujer que le recordaría sus momentos más felices. 

Una novela que muestra con todo el horror que supone un Auto de Fe la intolerancia a la libertad de expresión y religión. A través de Cipriano Salcedo se ve el progreso y la bondad. Un hombre que decide ceder la mitad de su fortuna (pág.376) valorando el trabajo de los empleados como capital a los que permitirá convertirse en socios. Piensa que la fe es lo esencial y que el sacrificio de Cristo tiene mayor valor para redimirle que sus buenas obras. 

Miguel Delibes
"El Hereje" supone un ejemplo de las injustificables acciones llevadas a cabo por la mano del hombre en nombre de Dios. Cipriano, con la misma resignación y entereza que había ido asumiendo cada uno de los hechos que desencadenarían su triste final, muere en la hoguera, en silencio, aceptando el inevitable golpe del destino.
En junio de 2000, Miguel Delibes definía su obra como "la más densa, compleja, más adecuadamente habitada, con un movimiento de personajes tan vivo y auténtico, y descrito con una prosa tan castellana, que puesto en el trance de elegir la mejor novela me quedaría con ésta".

Si queréis sentir los lugares y ambientes en los que Miguel Delibes (1920-2010) se inspiró en Valladolid para escribir esta novela, Premio Nacional de Narrativa 1999, existe una ruta que los recrea.
Homenaje a Miguel Delibes

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