"No te veré morir", Antonio Muñoz Molina

Editorial Planeta

"No te veré morir" (Editorial Planeta) es la historia de un gran amor, el de Gabriel Aristu y Adriana Zuber. Una relación que el destino separa durante 50 años aunque la memoria se impone tenaz al olvido. 

Antonio Muñoz Molina nos descubre una pasión que permanece con la misma intensidad de la realidad en los sueños. Adriana reside en Madrid y Gabriel en Estados Unidos. A pesar de la distancia los recuerdos son nítidos como los ojos risueños grises y azules que lo miraron por última vez en mayo de 1967.

¿Podían haber sido pareja? Adriana siempre lo creyó así, pero Gabriel se debía al futuro con éxito laboral predestinado por sus padres. No se quedó con ella tras una tarde noche inolvidable; se marchó a los Ángeles. En California logró la reputación anhelada y formar una familia mientras su corazón siempre latió por la joven de pelo rojo.

Y es que Gabriel no podía defraudar a sus progenitores. La guerra civil y sus secuelas era un episodio que les había marcado. Sobre todo, a su padre, regresando al terror y a la angustia de los crímenes cometidos en aquellos años de descargas de fusiles. Un hombre demolido por dentro y consagrado a proteger a los suyos y a proporcionar a Gabriel la mejor educación posible. La lealtad del hijo pesó más en la balanza que las múltiples afinidades y promesas de los jóvenes, incluyendo su talento musical.

La amistad con Julio Máiquez, especializado en pintura religiosa española del barroco tardío, propicia que Gabriel escuche por azar el nombre de la profesora Adriana H. Zuber que resulta ser la hija de su amada. A ella acudirá para verse en Madrid en el ocaso de sus vidas. 

Este encuentro es relatado por Antonio Muñoz Molina con profunda ternura. La descripción de los avejentados rasgos se convierten en la mente de Gabriel en nostálgica belleza adolescente. Adriana ha sido maquillada y vestida por su cuidadora, Fanny. Solo ella sabe cuánto le había costado presentar ese aspecto para la visita de Gabriel, no obstante ha valido la pena. Los sentimientos del eterno enamorado fluyen:

No sabes cuántas veces he soñado lo que estamos viviendo ahora mismo

Gabriel confiesa a Adriana el miedo constante que tenía a morir sin decirle todo lo que le había contado en sueños y lo presente que había estado en su vida. Además quería que supiera que, aunque sus manos ya no eran como antes, había vuelto al cello. La conversación continúa con nostalgia y en el momento en el que Gabriel se acerca a darle un beso, Adriana le pedirá un deseo que al principio no comprenderá.

Os recomiendo leer esta novela hoy 11 de enero 2024, fecha coincidente con el cumpleaños de Antonio Muñoz Molina. "No te veré morir" es sin duda

un delicado retrato del paso del tiempo mantenido por la fuerza del primer amor que acalla el olvido


Antonio Muñoz Molina

https://ethic.es/entrevistas/
Nació en Úbeda (Jaén) en 1956. Su obra narrativa comprende:
"Beatus Ille" (1986), "El invierno en Lisboa" (1987), "Beltenebros" (1989), "El jinete polaco" (1991", "Los misterios de Madrid" (1992), "El dueño del secreto" (1994), "Ardor guerrero" (1995), "Plenilunio" (1997), "Carlota Feinberg" (2000), "En ausencia de Blanca" (2001), "Sefarad" (2001), "Ventanas de Manhattan" (2004), "El viento de la luna" (2006), "la noche de los tiempos" (2009), "Como la sombra que se va" (2014), "Un andar solitario entre la gente" (2018), "Tus pasos en la escalera" (2019), "El miedo de los niños" (2020), "Volve a dónde" (2012), "No te veré morir" (2013).

Ha recibido, entre otros, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, el Premio Planeta, el Premio Jerusalén, el Prix Médicis Étranger y fue finalista del Premio Man Booker International con su novela "Como la sombra que se va" (2018). Desde 1995 es miembro de la Real Academia Española. Vive en Madrid y está casado con la escritora Elvira Lindo.

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"Para mi la escritura es un camino espiritual" (Rosa Montero) "Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"(José Saramago) "Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos" (Ortega y Gasset) "Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia" (Epicteto) "La ingratitud es el precio al favor inmerecido" (Ignacio Manuel Altamirano) "Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado" (Marcel Proust) "Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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