A través de mis pequeños ojos, Emilio Ortiz
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| cubierta: www.unoeditorial.com |
"A través de mis pequeños ojos" (Duomo Ediciones, 2016) es la primera novela de Emilio Ortiz. La decisión de ser narrada por Cross, perro guía que forma un perfecto tándem con el joven invidente Mario, la hace aún más entrañable.
La historia describe la relación insepararable del golden retriever con su dueño durante 10 años. En una etapa inicial, Cross es llevado desde la perrera por Jeremy, su entrenador, a la residencia en la que se aloja Mario en espera de conocerse y adaptarse mutuamente. El perro-guía, como un niño, muestra su vitalidad y espontaneidad, pero también su madurez e innata consciencia de responsabilidad.
La compañía de Cross no se limita a las rutinas de los demás canes mascota; se trata de un trabajo para el que ha sido debidamente adiestrado.
La sinergia entre perro y amo se hace evidente en un primer periodo de convivencia, realizando actividades cotidianas de un simple cepillado a un paseo. La compenetración se afianza por completo y ambos se trasladan al hogar familiar.
La sinergia entre perro y amo se hace evidente en un primer periodo de convivencia, realizando actividades cotidianas de un simple cepillado a un paseo. La compenetración se afianza por completo y ambos se trasladan al hogar familiar.
Los sentimientos de protección y amor son el centro de esta emotiva carta de agradecimiento. Se manifiesta en la significativa presencia de Cross en lugares públicos convirtiéndose definitivamente en los ojos de Mario. Logrará que el joven invidente se mueva con libertad al coger el metro para ir a la Universidad, en la cafetería de la facultad, en el despacho de un banco para solicitar un préstamo para emprender un proyecto ...
El golden retriever no es solo un perro-guía sino además el silente cómplice de situaciones incomprensibles a su entendimiento. En una de ellas observa cómo Sandra, la novia de Mario, le presenta a sus padres solo como un amigo. En otras compartirá con él también momentos felices en su desarrollo laboral y familiar. Años de aventuras y sueños cumplidos, testigos del deterioro del paso del tiempo que desafortunadamente se hace visible antes en el fiel can.
La cercanía de esta historia y la precisión de sus detalles nos descubre la experiencia de Emilio Ortiz en una situación similar con su propio perro, Spock. En su epílogo, la profesora de literatura y poeta, Jéssica Gil Gómez, elige esta cita del poeta libanés Khalil Gibrán (1883-1931):
En el rocío de las pequeñas cosas, el corazón encuentra su mañana y toma su frescura
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| Emilio Ortiz y Spock |
Comenzó a publicar en 2015, año en el que obtuvo el segundo premio del I Certamen Internacional Musas de Primavera con el relato "Una sonrisa". Apenas un año después, ganó el primer premio en la XI Edición de los Premios ANADE de cuento con el relato "Las angustias de un dibujo". Es aficionado a la escritura y a la lectura desde niño, pasiones que realizaba con gran esfuerzo, sin poder concluirlas con éxito, dado su deficiencia visual; hoy en día es ciego total. Al descubrir el sistema braille, retomó su afición por escribir y leer, actividades en las que profundizó, ya siendo adulto, tras aprender a manejar ordenadores y dispositivos móviles con software adaptado para ciegos.
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