"La vida se llenó de tiempo", Pepa González
Mientras
leía el poemario “La vida se llenó de
tiempo” me crucé con su autora, Pepa González Díaz, en la entrada a la
Feria de Artesanía de Mancha Blanca el viernes pasado.
Bastó sólo un abrazo para recuperar los
momentos compartidos. Aquellos que me trasladaron al día de la presentación de
su libro de relatos “Sandalias de Plata” en Arrecife y tantos otros que, a pesar de la
distancia y las circunstancias, volvieron a aflorar.
Le
dije – Me ha gustado mucho la lectura. ¡Ojalá tuviera el tiempo que me
permitiera escribir de su esencia! Y pensaba en la soledad de la noche o en la
anhelada quietud de una biblioteca que invitan al dibujo de las palabras y al
trazo de las ideas.
El inicio
de un curso académico es siempre una vorágine que implica multitud de tareas
para un docente. Aún así, “La vida se llenó de tiempo” ha supuesto el bálsamo
necesario para mi mente y dejar por un instante las burocracias exigidas para
nutrirme de mi alimento favorito: la poesía.
De
este poemario, editado por Punto Rojo, elijo uno de los pensamientos de mi
amiga Pepa, creados a deshora, y cuyo trasfondo precisamente tiene relación con
la artesanía. Invito asimismo a los lectores de este blog a leer “La vida se llenó
de tiempo”, impregnado de aromas de higueras y geriales y de la paz que solo la
tierra amada de Lanzarote puede proporcionar a quien la habita.
Búscame. No me encontrarás (Escondite
invierno: hora 11.47h)
Guardas en cada poro
El milagro de un pasado
Los aromas y caricias
Los desprecios y falacias.
Sonríes y regresa mi calma
artífice de olvidos
de reconstrucción de esperanzas
Respiras y ordenas al corazón
¡Sosiego! Hoy
Ayer ¡Marcha!
Se te retira el alma
Es artesanía la armadura que portas
de piel y llagas
Y tú,
artesana,
compones los días
como si no existiera un mañana
guardando en cada poro
tu voz
tu drama.
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