Elogio de las manos, de Jesús Carrasco

"Elogio de las manos" es la última novela de Jesús Carrasco, ganadora del Premio Biblioteca Breve 2024, editada por Seix Barral. Como nos adelanta el autor en la página 9, su contenido gira en torno a la importancia que una casa, cerca de la costa malagueña, va a representar en su propia vida. 

Desde el principio existe la incertidumbre de un posible derribo. Su propietario quiere construir en el futuro varios apartamentos en ese terreno. Sin embargo, el escritor y su esposa Anaïs,  Marie y Berta (hijas), Juanlu (cuñado) y demás amigos vinculados a la vivienda, residirán y trabajarán en ella a lo largo de 10 años como si la amenaza no estuviera siempre en ciernes. Ese periodo de convivencia, adquiriendo un compromiso con la mejora de su habitabilidad, los transformará a todos.

La idea de la familia al principio era alejarse de Sevilla en épocas vacacionales y disfrutar de la naturaleza. En su primer viaje en la primavera de 2011 comprueban el precario estado de la casa y sus alrededores. Jesús Carrasco describe minuciosamente detalles relacionados con su estructura, escasos electrodomésticos y mobiliario destartalado que constatan su abandono. Poco a poco emprenden modificaciones como tirar un tabique para ampliar el espacio uniendo la pequeña cocina y el salón o simplemente incorporar elementos hogareños tal es una acogedora manta azul de lana. 

La casa empieza a ser frecuentada y contagiada del entusiasmo de sus visitantes con notas de agradecimiento a su paso. Los apaños se hacen cada vez más visibles sea una encimera procedente de la renovación de una cocina o la reparación de una silla sacando soluciones creativas e inesperadas. Por otra parte, se establecen entrañables relaciones con vecinos, los ancianos Rafaela y Manuel, que les confirmarán que la casa llevaba 15 años sin ser habitada.

Seix Barral
El amor de Jesús Carrasco, en la recreación de momentos y conversaciones con sus hijas, nutre el relato. Destaca también la responsabilidad que las niñas experimentan en el cuidado diario de los animales. El escritor recuerda el año 2013, coincidente con el nacimiento de su segunda hija, Berta, y la exitosa publicación de su primera novela "Intemperie". Este hecho le permite seguir escribiendo como así lo hace en el patio de la casa a la sombra de la parra en el verano.

Son frecuentes las referencias con orgullo al padre.  Maestro de escuela del que hereda el martillo, legado también de su abuelo, y el interés por usarlo. Aquella experiencia infantil fue el cimiento sólido con el que el escritor emprendió tareas más complejas en la casa como soldar con el objetivo de hacer unas estanterías para organizar el almacén. 

El autor de "Elogio de las manos" observa con admiración el trabajo experto de otros y su lenguaje corporal tal es el caso del herrero al "calzar" un caballo que le servirá para seguir realizando hábilmente apaños como arreglar el asa de un cafetera italiana.


Seix Barral
En enero de 2016, Jesús Carrasco publica su segunda novela "La tierra que pisamos", galardonada con el Premio de Literatura de la Unión Europea. 

A pesar del trasiego de los viajes continúa pensando en el texto nuevo y documentándose. De este modo encuentra "El artesano", libro del sociólogo norteamericano Richard Sennett (Anagrama, 2009) quien afirma:

Cuando trabajamos de cierta manera con las manos, estamos absortos en algo y entonces ya no somos conscientes de nosotros mismos, ni siquiera de nuestro yo corporal. Nos hemos convertido en la cosa sobre la cual estamos trabajando (página 204)

En ese periodo de promoción, el autor se entera del inminente derribo de la casa y la sensación de pérdida se apodera de él. Se suceden los recuerdos de los pequeños momentos vividos. Por otra parte, le viene a la memoria un párrafo de "Las pequeñas virtudes" de Natalia Ginzburg, pág. 218 (Acantilado, 2019):

Por lo que respecta a la educación de los hijos, creo que no hay que enseñarles las pequeñas virtudes, sino las grandes. No el ahorro, sino la generosidad y la indiferencia hacia el dinero; no la prudencia, sino el coraje y el desprecio por el peligro; no la astucia, sino la franqueza y el amor por la verdad; no la diplomacia, sino el amor al prójimo y la abnegación; no el deseo de éxito, sino el deseo de ser y de saber                     

Finalmente la demolición de la casa no se realiza. Se constata la provisionalidad del presente, hecho que a Jesús Carrasco le hace rememorar lecturas de juventud como "Carta a los herederos" de Antonio Gala. Regresa entonces el gozo del tiempo veraniego con su actividad acostumbrada y el reencuentro con Beleña, la vieja burra de mirada cansada que agradece las caricias. Será el motivo de que el escritor se fije más en los otros animales como Chocolate, el perro, e incluso en los insectos.

En "Elogio de las manos" se  muestra el deterioro de la vejez, a través del atento cuidado a Mayoyi, la suegra del escritor, y la adaptación familiar a su dependiente estado de salud. Se habla también del fin de la pandemia, en junio de 2020, y el cambio producido en el exterior de la casa con hierbas y árboles frondosos cuyos nombres en latín el autor intentará en vano enseñar a sus hijas, tal es el caso del término científico Melia azedarach correspondiente al árbol del paraíso. 

Sin embargo, el final predecible se cumple. En septiembre de 2021, Ignacio, el propietario confirma el  derribo. Tres días antes de la llegada de las máquinas, la familia viaja al pueblo para recoger algunas cosas de valor. Jesús Carrasco mira a su alrededor y recuerda la primera impresión que le produjo la casa y las palabras de Manoel Barros:

 todo lo que no sirve para nada sirve para la poesía

NOTA: Gracias a Jesús Carrasco por escribir esta novela que he leído en el sosiego del verano. Época que me permite  reflexionar en mi tiempo de ocio, ampliar vocabulario (buscando en el diccionario términos para mí nuevos empleados por el autor: venero = fuente, apersogar = atar un animal a un poste), apuntar referencias literarias: "Sostiene Pereira" de Antonio Tabucchi, "La liebre con ojos de ámbar" de Edmund de Waal, quedarme embelesada como él mientras escribo y extraer frases de sus párrafos. Coincido con la siguiente:

Con los años voy aprendiendo a dirigir mi atención y energías de manera cada vez más certera, si bien esto genera tensión en mí (pág. 89)

 Sobre el autor

Jesús Carrasco 
Nació en Olivenza (Badajoz) en 1972. 

Su primera novela "Intemperie" (Seix Barral, 2013) lo ha consagrado como uno de los debuts más deslumbrantes del panorama literario internacional y ha sido galardonada con el Premio Libro del Año otorgado por el Gremio de Libreros de Madrid, el de Cultura, Arte y Literatura de la Fundación de Estudios Rurales, el English PEN Award y el Prix Ulysse a la mejor primera novela. Ha quedado finalista del Premio de Literatura Europea en Holanda y del Prix Méditerranée Étranger en Francia. Elegida como Libro del Año por El País en 2013 y seleccionada por The Independent como una de las mejores novelas traducidas de 2014 en Reino Unido. "Intemperie" ha sido publicada en 28 lenguas y ha sido adaptada al cine por Benito Zambrano. 

Su segunda novela, "La tierra que pisamos" (Seix Barral, 2016) ha sido galardonada con el Premio de Literatura de la Unión Europea. 

"Llévame a casa" (Seix Barral, 2021) ganó el XVII Premio Dulce Chacón de Narrativa Española y el Premio Casino de Santiago, cuya lectura realicé el pasado mes de marzo y comparto con l@s seguidores/as de este blog: 

https://camino-syra.blogspot.com/2024/03/llevame-casa-de-jesus-carrasco.html


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"Para mi la escritura es un camino espiritual" (Rosa Montero) "Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"(José Saramago) "Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos" (Ortega y Gasset) "Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia" (Epicteto) "La ingratitud es el precio al favor inmerecido" (Ignacio Manuel Altamirano) "Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado" (Marcel Proust) "Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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