Amantes y enemigos, de Rosa Montero

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Rosa Montero nos explica en el prólogo de "Amantes y enemigos" (editado por Alfaguara) que se trata de un libro que reúne varios relatos. Algunas de estas ficciones cortas le valieron para salir de bloqueos creativos siendo una especie de exploradores narrativos. 
Son cuentos de parejas que hablan de amor y desamor, obsesión y venganza, pasión y rutina con un orden cronológico. El más antiguo es "Pailo Pumilio" (1981), le sigue "Alma caníbal" (El País, 1986), "La vida fácil" (Litoral, 1986), "Noche de Reyes" (El País Semanal, 1986?). 
Entre 1990 y 1994 se publican en el suplemento de El País: "La otra", "El reencuentro", "La gloria de los feos", "Mi hombre", "El monstruo del lago", "Carne quemada" y "Retrato de familia".

A raíz de la petición de Carmen Balcells, Rosa Montero escribió "Parece tan dulce" (1993), impreso en varias revistas. El País Semanal publicó "El puñal en la garganta" en 1994 y "Tarde en la noche" en 1995.
Asimismo se incluyen cinco relatos nuevos redactados entre el otoño de 1995 y finales de 1997. Son "Las bodas de plata", "Un viaja a Vetusta", "Él", "Los besos de un amigo" y "Amor ciego" cuya frase final -dice la autora- resume todo el libro y es:
El amor es una mentira, pero funciona

"Amantes y enemigos" comprende 19 relatos. Destaco de ellos la fina ironía empleada por Rosa Montero al describir situaciones que nos acercan a la realidad de la convivencia de muchas parejas y otras a escenarios surrealistas derivados de la imaginación prodigiosa que posee su autora. Esa loca de la casa (como decía Teresa de Jesús) capaz de recrear la infortunada vida de Paulus Turris Pumilio que termina en suicidio, relaciones imposibles o mercantiles, abandono, desaparición guiada, reencuentros incómodos, raras, decepcionantes pero basadas en la rutina.

La periodista muestra también la precariedad y soledad, el sorprendente rejuvenecimiento tras una ruptura, la imprevisible muerte, el fracaso matrimonial, la pasión como dolor, el delirio y miedo, maltrato y reconciliaciones, el engaño consentido...

Con esta lectura Rosa Montero me ha hecho sonreír (a veces sola en la playa) mientras imaginaba las situaciones que alcanzaban un máximo grado de verosimilitud. Tal es el caso del relato "Las bodas de plata" en el que observamos el hogar de una familia formado por Miguel y Diana, y sus 4 hijos que tienen la idea de organizar una fiesta sorpresa con motivo de su 25 aniversario. Sin embargo, los malentendidos se suceden dando lugar a cancelaciones y reactivaciones de planes que afectan a demás familiares como abuelos, hermanos y cuñados. A pesar de las discusiones y rabietas conyugales, la perseverancia de los sensibles hijos (sobre todo, los gemelos) logra convertir la rutinaria vida del matrimonio en un cuento rosa con final feliz.

Reconozco que el trasfondo de otros relatos como "El" ha sido punzante. Rosa Montero crea una historia en la que predomina la bondad del ser humano, representada por Miguel, brillante estudiante, cuya serenidad y valentía evita el suicidio de una joven en el Viaducto, pero no su propia muerte. La tristeza de los padres y su destino cercenado impactan, así como el de la joven que desde entonces pasa a deberle su existencia con un inesperado desenlace.

"Los besos de un amigo" es también muy divertido. La capacidad de la autora para construir una historia basada en su desmedida imaginación en la figura de Ana, una reconocida cocinera de 45 años que pierde la cabeza por un vecino italiano, rubio y de ojos azules (casado y con 3 hijos) dándose rocambolescas situaciones que finalmente producen el efecto contrario y distante del aturdido vecino.

Todo un acierto haber elegido un verano más libros de Rosa Montero. El siguiente que acabo de terminar es "La loca de la casa" y será el próximo del que os hablé en este espacio de letras

¡Gracias a la Biblioteca Municipal Centro Cívico Arrecife por su préstamo!


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"Para mi la escritura es un camino espiritual" (Rosa Montero) "Viviendo rodeados de señales, nosotros mismos somos un sistema de señales"(José Saramago) "Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos" (Ortega y Gasset) "Concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las que sí puedo y la sabiduría para establecer esta diferencia" (Epicteto) "La ingratitud es el precio al favor inmerecido" (Ignacio Manuel Altamirano) "Se viaja para contemplar con los propios ojos la ciudad apetecida y saborear en la realidad el encanto de lo soñado" (Marcel Proust) "Pero cuando nada subsiste ya de un pasado antiguo, cuando han muerto los seres y se han derrumbado las cosas, solos, más frágiles, más vivos, más inmateriales, más persistentes y fieles que nunca, el olor y el sabor perduran mucho más, y recuerdan, y aguardan, y esperan sobre las ruinas de todo, y soportan sin doblegarse en su impalpable gotita el edificio enorme del recuerdo"

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